El benamejicense dAlberto Aguilar, ex del Córdoba CF y actualmente en el Antequera, es otro de los grandes deportistas cordobeses que está viviendo desde su confinamiento doméstico de la Subbética cómo evoluciona la pandemia de coronavirus y analiza para Diario CÓRDOBA la situación por la que atraviesa la sociedad en general y el deporte en particular.

El centrocampista cordobés señala que este periodo de estado de alarma “lo estoy intentando llevar lo mejor posible, hora a hora y día a día, pendiente de los niños y siguiendo mi rutina de mantenimiento, gracias a que tenemos un buen preparador físico y por medio de videollamadas podemos mantener la actividad para no perder la forma”, explica el jugador, que señala que pese a esa actividad está “echando menos el césped y el balón, pero es lo que nos toca ahora mismo”.

Alberto Aguilar entrena durante su confinamiento en casa.

Esa actividad constante no le impide seguir muy de cerca la actualidad que se mueve más allás de las paredes de su casa y se muestra muy preocupado por la situación y por lo que vendrá después. Pero se muestra especialmente preocupado “por el fútbol humilde, por los clubes modestos, como el Antequera y la mayoría de los equipos de los pueblos y ciudades, donde se depende del patrocinio y el soporte económico de empresas y entidades locales, que son las que más van a sufrir económicamente esta situación y eso se notará en estos equipo modestos que tendrán muchos problemas para conseguir esos patrocinios. Será una situación muy complicada”.

Respecto a la vida cotidiana, a las relaciones sociales, Alberto Aguilar sueña con que cuando paso todo “se pueda recuperar la vida normal, porque ahora, que no nos podamos dar la mano o un abrazo con un amigo hace que nos sintamos mal”. Reconoce el jugador del Antequera que aunque “iremos adaptándonos poco a poco, al principio ir a bares, al fútbol a conciertos o a una feria habrá que hacerlo con cautela”. Quiso mostrar su mensaje de orgullo al ver que la gente, la ciudadanía “de mi pueblo y de Córdoba ha dado ejemplo de solidardiad, ha sacado su vertiente más humana para ayudar a los demás, esa es la lección con la que me quedo, con la de que no hace falta tener más para poder ayudar a los demás.”.