Hace tiempo que el fútbol anda metido en dudas como todos los grandes deportes y, realmente, como el mundo entero. La crisis del coronavirus lo ha parado todo y no son pocos los expertos que consideran que, en todas las áreas y facetas de la vida, habrá un antes y un después de la explosión y las consecuencias provocadas por esta tremenda pandemia.

Es evidente que el fútbol, al igual que le ocurre al baloncesto (especialmente, claro, NBA), F-1, tenis, MotoGP o, sin más, los mismísimos Juegos Olímpicos están sufriendo las consecuencias del confinamiento y, sobre todo, el desastre económico que supone para todos que no exista actividad deportiva, una de las cosas que más dinero mueve.

Y, mientras los dirigentes de FIFA, UEFA y las distintas Ligas profesionales y federación de fútbol estudian cómo salir de esta y, por supuesto, cómo reanudar y concluir sus campeonatos para perder el mínimo dinero posible de derechos de TV y patrocinio, los hay que ya han empezado a hacer pronósticos insinuando cómo sería el día después en el nuevo mundo del fútbol de élite y, por tanto, del fútbol milmillonario.

Un cambio radical

Sabido es, porque así ha sido reconocido por los propios agentes de futbolistas y/o intermediarios y abogados que se dedican a mover a los jugadores de un lado a otro con el visto bueno de presidente y directores deportivos de los clubs, que el mercado está, en estos momentos, totalmente parado y que esos mismos agentes de lo único que se están cuidando es de que a sus clientes les quiten el menor % posible de sus millonarias fichas y sueldos.

Pero, claro, también hay quien se ha atrevido a anunciar un cambio auténticamente revolucionario en el mercado del fútbol, en el día a día del balompié de élite. Y si se trataba de algo revolucionario nadie mejor que uno de los iconos del mayor del 68 francés, el actual eurodiputado francés Daniel Cohn-Bendit, que acaba de comentar, en una entrevista en Ouest-France, que mañana, tras la crisis del coronavirus, Mbappé no valdrá más de 35 o 40 millones, en lugar de los 200 millones de los que hablaban hace meses". La razón, según Cohn-Bendit, es que nadie podrá comprarlo por el precio de hace unos meses.

Como un ataque nuclear

Cohn-Bendit, además, alerta de que esta no será un caso aislado, y los precios de la mayoría de jugadores se verán muy reducidos: Esta crisis limpiará la irracionalidad del deporte profesional (...) Habrá una regulación de facto. Sería necesario ir aún más lejos con un tope salarial. Es una reorganización que pasa, no solo por los salarios de los jugadores, sino también por los derechos de imagen y hasta la publicidad.

El político francés considera que la reorganización que llegará no pasa solo, no, por cambiar los precios de los fichajes o sus tremendos salarios, hay también qe cambiar la manera de trabajar de los agentes futbolísticos. Es como si hubiésemos sufrido un ataque nuclear y deberíamos reconstruirlo todo sobre otras bases, eso es lo que pienso yo.