El jugador pontanés Luisfe se encuentra estos días en Hungría, pues ha disputado esta temporada defendiendo los colores del Balatonfuredi, un conjunto que reside en la localidad del mismo nombre. A las orillas del lago Balaton se encuentra esta población de apenas 14.000 habitantes, a unos 200 kilómetros de Budapest. La pandemia no ha atacado en esta zona de Europa con la misma ferocidad que en otras. La cifra de fallecidos por el coronavirus en el país magiar apenas ha llegado a un centenar.

Después de formarse en el Ángel Ximénez Avia, el lateral derecho de 30 años inició una trayectoria en la Asobal que le llevó a Antequera, Huesca, Portland San Antonio, ARS Palma del Río y el Logroño La Rioja. Posteriormente se marchó de España para jugar en el Toulouse francés, el Maccabi Rishon israelí y el Olympiakos griego, con el que ganó la Liga y la Copa, antes de marcharse a Hungría. Luisfe llegó a jugar en 2015 un partido amistoso con la selección española absoluta.

El pontanés relata que la situación en Hungría es “bastante más suave que en España, aunque hay situaciones que cambian lo que es la vida normal. como ver que están todos los bares cerrados y sin turismo. Pese a todo, la gente puede salir a la calle a andar, correr o ir en bicicleta. Mi vida aquí ha cambiado poco, antes iba de casa a entrenar y así todos los días y ahora entreno en casa”.

“La temporada ha sido un poco rara, sobre todo marcada por el covid-19, porque cuando llegas a un sitio nuevo necesitas un tiempo de adaptación y estás en un país en el que se juega de una manera totalmente distinta a la que aprendiste en España. La temporada ha estado bien pero no ha sido una gran temporada porque no he jugado mucho. Tenía un chico en mi puesto que va a la selección que es muy bueno, por lo que he tenido que asumir un rol de jugar menos de lo que me hubiera gustado”. Luisfe ha terminado sexto en una liga que acaba de dar por terminada la Federación. Además se había clasificado para la Final a Cuatro de la Copa y había disputado la fase de grupos de la Copa EHF.

El jugador de Puente Genil ha seguido esta temporada toda la actualidad del Ángel Ximénez Avia, sobre todo el caso de positivo en coronavirus de José Baena, de quien asegura que “es un buen amigo mío de toda la vida". "Jugué con él, crecimos juntos y he hablado mucho con él estos días. Por suerte ya está bien, así que gracias a Dios ha pasado el virus”, afirma.

Sobre la situación en la que se encuentran las ligas nacionales opina que “la finalización de las ligas ya es lo más lógico. No tiene sentido que no se priorice la salud de los jugadores y aficionados que es lo más importante. Ojalá la próxima temporada arranque con normalidad porque le va a hacer de otra forma mucho daño a un deporte tan deteriorado como el balonmano. Me parece muy injusto que después de la cantidad de títulos que está ganando el balonmano español, luego vas a otros países y ves que están más valorados los jugadores o los entrenadores". "Es muy injusto que tengamos que ser nosotros los inmigrantes porque en casa no se valora al jugador como se merece”, concluye.