El segundo entrenador de la selección nacional masculina de balonmano, el cordobés César Montes, vive con incertidumbre estos días en su domicilio de Tres Cantos junto a la familia. Con su equipo clasificado para los Juegos Olímpicos de Tokio, espera acontecimientos con una tranquilidad relativa.

Montes señala que “estoy aceptando la situación y acatando las medidas que van saliendo. Me encuentro en casa aunque mi mujer si va a trabajar, pues es química y trabaja en la industria farmacéutica, por lo que ahora está a tope. Limito mucho las salidas e intento tener el menor contacto posible con la gente”.

La lucha contra el virus

Ahora mismo lo principal es frenar la expansión del virus y luego, si logramos frenar todo esto, pues entonces se verá cuando son los Juegos, aunque a día de hoy pasa a un segundo plano”.

Este técnico formado en La Salle asume que “vista la evolución de la pandemia, lo mejor ha sido el aplazamiento. Era lo más sensato y prudente. En España todavía no ha alcanzado su pico y en otros países no sabemos cual evolución tendrá. La única forma que había de que los Juegos fueran justos con los deportistas, que llevan tanto tiempo preparándolos, y se garantizara la seguridad de todos, era aplazándolos”.