Una imagen de Winston Churchill haciendo el signo de la victoria y un mensaje: "¡Me dan el alta!". El cordobés Alfonso Reyes, presidente de la Asociación de baloncestistas profesionales (ABP) e internacional español en 142 ocasiones, celebró a través de las redes sociales el momento en que recibió el alta tras haber estado ingresado en el hospital madrileño Puerta de Hierro. Una batalla ganada en la guerra contra el covid-19.

El ex jugador del Estudiantes y Real Madrid, entre otros clubs, expresó su gratitud a los médicos a través de su cuenta de Twitter, que se ha convertido en un peculiar cuaderno de bitácora en el que ha ido relatando, en tiempo real, todas sus sensaciones y reflexiones durante las últimas semanas. "Por fin en casa, con ocho kilos menos; no viene mal perderlos", subrayó al cruzal el umbral de la puerta de su casa.

El cordobés tuvo que ser hospitalizado durante la noche del pasado sábado debido al empeoramiento de los efectos del coronavirus. Reyes, a las 23.00 horas, publicaba un tuit con el siguiente mensaje: "Al final me ingresan. La placa ha salido algo peor que el otro día y han decidido que me quede". Desde entonces, su evolución -con momentos de alivio y otros tremendamente complicados- se fue conociendo a través de sus propios textos, impregnados de términos épicos y castrenses.

Hijo de Ildefonso, militar, y hermano de Felipe Reyes, capitán del Real Madrid, el mayor de los Reyes estaba luchando contra el virus confinado en una habitación de su casa después de empezar a notar los efectos de la infección el pasado 13 de marzo. La fiebre, como en la mayoría de los casos, fue el detonante que hizo saltar las alarmas.

Reyes, que en su domicilio permanecía aislado de su esposa y sus hijos, se ha mantenido siempre activo en las redes sociales, explicando desde el primer día el desarrollo de la enfermedad en su cuerpo. Con 2.02 metros, 48 años y 130 kilos de peso antes de comenzar su lucha contra el coronavirus, confesó los malos momentos por los que ha pasado y compartió sus distintos estados de ánimo con una crudeza no exenta de humor.

El jueves, ya en plena fase de mejora -y bromeando con su apetito: habló sobre donuts, migas y otros manjares-, escribió: "He ordenado a las tropas de élite de mis anticuerpos que acaben con todos los focos de resistencia del hideputa mangurrián. Debemos embolsarlos y aniquilarlos. No dejaremos ni uno. Mientras tanto, máxima alerta".

"Espero que mi experiencia transmita responsabilidad y también esperanza. Tenía tos seca, hasta que el viernes 13 (de marzo) me empezó la fiebre y los escalofríos. No sabía que iba a ser tan duro", recalcó, reconociendo que había buscado estímulos para sostener su ánimo. "Me he apoyado en mis héroes literarios: Jean Valjean, Edmundo Dantés, Gaspar Ruiz y Nostromo. Me ha ayudado", reconocía poco antes de la visita de los médicos. Al final, Reyes volverá al hogar. Batalla ganada.