En algo tuvo razón este domingo Raúl Agné, cuando indicó que derrotas como la sufrida ante el AlgecirasderrotasAlgeciras despiertan a más de uno de eróticos sueños de paseos militares hacia las eliminatorias de ascenso. No va a ser fácil, no van a sobrar jornadas y no va a haber una diferencia holgada con el quinto puesto. Al menos, no si se repiten encuentros como el vivido ayer ante un Algeciras que, ni mucho menos, pareció tan mal visitante como demostraban las estadísticas en el resto de la temporada.

¿Desde cuándo fue fácil salir del infierno? El relato católico explica que el purgatorio, tal vez la estancia que se asemeja más a lo que vive actualmente el Córdoba CF que el propio infierno, es un lugar en el que se purgan las penas, las faltas, los delitos cometidos en vida. Allí anda el club blanquiverde, pagando por los errores cometidos con anterioridad y soñando con salir pronto y regresar a la vida del fútbol profesional.

Menos de 9.000 aficionados del Córdoba asistieron a un partido marcado por el viento y el frío

Pero, más que una banda sonora épica propia de películas como Braveheart, la música que suena en el purgatorio blanquiverde es un temazo rockero con mucha pasión, dosis de intriga en la letra y un final electrizante que lleva al público a pedir «otra, otra» desde el graderío.

Ayer, la afición del Córdoba CF, que no llegó a ocupar 9.000 localidades siquiera, salió de El Arcángel sumamente cabreada por la actuación arbitral. Curiosamente, con 0-0 en el marcador, la sinfonía que acompañó a su equipo a vestuarios fue la de la desazón del silencio mezclada con algunos silbidos y pitos que, si bien no fueron mayoritarios, tampoco se pueden esconder. Pero tan discutida fue la actuación del colegiado Lax Franco que, en vez de mostrar el lógico disgusto por una actuación muy gris del Córdoba CF, la afición local pagó los platos rotos con el trencilla.

El equipo blanquiverde de LaLiga Genuine se llevó una ovación tras ganar tres partidos en el fin de semana

Dos manos hubo en el área del Algeciras y un gol fue anulado por una falta que solo vio Lax Franco. Ello fue suficiente para que el respetable sacase los pañuelos, le dedicase algunos piropos al colegiado y este, por precaución, pidiese la escolta policial para salir con seguridad del terreno de juego.

En las bandas también se vivió con intensidad el partido. El choque fue electrizante en los últimos minutos, con esa melodía rockera que tanto gusta en El Arcángel, cuando la épica parece llamar a las puertas y el guitarrista afina para tocar como nunca su último acorde que levantará la marea de la remontada.

El árbitro salió del campo escoltado por la Policía ante la lluvia de insultos dedicada por el respetable

Pero ayer no estaba para los de blanco y verde. En el tiempo de descuento, hartos de las pérdidas de tiempo constantes de los futbolistas visitantes, hubo más de un encontronazo entre futbolistas de ambos equipos y un balón que se guardó un miembro del banquillo gaditano que salió al campo para lastrar aún más las posibilidades locales. El colegiado, tal vez influido por lo que entendió que fue un trabajo mal valorado por el público, acabó expulsando al entrenador visitante, un Salva Ballesta que posteriormente, en sala de prensa, dijo no entender la decisión y espera que la cartulina roja sea recurrida por su club.

La única nota positiva de la tarde-noche de ayer fue la sonora ovación que se llevó el equipo de LaLiga Genuine, que participó el sábado en un torneo disputado en Sevilla. Esos chavales disfrutaron como nunca del calor de su afición y demostraron que el fútbol es mucho más que un resultado. Aunque, en su caso, ganaron los tres partidos disputados y defendieron con bravura, humildad y honor la camiseta blanquiverde.

Por lo demás, que nadie se desespere. El Córdoba CF está en la pelea, sigue muy vivo y con todas las cartas en la mano para llevarse la partida. Que nadie se desespere, que el concierto no ha terminado.