El presente y el futuro del atletismo es de Yulimar Rojas. De vez en cuando surge en el panorama un deportista de un talento superior, como si estuviera tocado por los dioses, destinado a marcar una época. Ese es el caso de esta venezolana de 24 años (Caracas, 1995) de físico portentoso, con cuerpo de baloncestista (1,93 de estatura), piernas interminables, una punta de velocidad más que reseñable y una técnica afinada al largo de uno de los grandes de la historia en la longitud, el cubano Iván Pedroso, que el viernes deslumbró en Madrid fijando la nueva plusmarca mundial del triple salto en 15,43 metros.

Yulimar Rojas puso la firma a una semana de renovación para el atletismo global con tres récords mundiales. El de Armand Duplantis y su centímetro a centímetro en el salto con pértiga (6,18 de momento), el pasado sábado en Glasgow. El de la etíope Ababel Yeshane en el medio maratón RAK en la mañana del viernes; y el suyo con el que dio lustre a la reunión del World Tour en la pista cubierta de Gallur, en Carabanchel.

Con sede en Guadalajara

Establecida desde hace cuatro años en España, Yulimar empezó jugando al baloncesto en Caracas. Cuando contactó con Iván Pedroso a través de Facebook ya había probado el salto largo, la altura, con buenos registros pese a carecer de formación técnica más especializada.

Pedroso, que cuenta con 10 títulos mundiales de salto de longitud en su palmarés, y se ha establecido en Guadalajara, en donde dirige un selecto grupo de atletas, supo enseguida que podía labrar un diamante en bruto. Vente para Guadalajara, le dijo. Con 19 años, la venezolana hizo la maleta en 2015 para unirse al grupo de saltadores, entre los que se encuentra la gallega Ana Peleteiro, vigente campeona de Europa indoor. En 2016, con una medalla olímpica ya en el bolsillo, Rojas fichó por la sección de atletismo del Barça que tutela Vicente Egido.

Un lustro después, y con dos títulos mundiales bajo techo en triple salto, dos al aire libre y una plata olímpica en Río, la portentosa venezolana se ha convertido en la mejor de siempre en su especialidad y apunta a reinar sin discusión en los Juegos de Tokio. Su nueva plusmarca borra la de la rusa Tatiana Lébedeva, que ya duraba 16 años. Y se queda a siete centímetros del tope al aire libre de la ucraniana Inesa Kravets.

Duelo con Ibargüen

Kravets, presente en el pasado Mundial de Doha, apuntó a Rojas como nueva plusmarquista. La triplista venezolana ganó pero no hubo récord pese a que las condiciones de calor y la calidad de la pista en Qatar fueron ideales. Kravets, sin embargo, no se equivocaba en su pronóstico.

La colombiana Caterine Ibargüen figura como vigente campeona olímpica. Pero cumplidos los 36, no parece que vaya a ser rival de Rojas en la cita olímpica de este verano. Ésta podrá resarcirse de su derrota en Río y la decepción por no poder revalidar su título de campeona del mundo indoor, suspensión de por medio y por el miedo al coronavirus del Mundial en pista cubierta que debía celebrarse en China.

El oro para la casilla de Venezuela en triple femenino parecía garantizado. Aunque, según se deduce de la emocional venezolana, su nuevo récord parece compensarle. Estoy muy contenta porque es un récord que buscaba desde que comencé la temporada. Madrid siempre me sorprende, es muy grato competir aquí. Siempre supe que salía solo, porque el récord no es algo que se busca, valoró la plusmarquista mundial. Mi entrenador (Pedroso), que es el que sabe, me decía que hoy era el día, que no lo dejara escapar porque era el momento. Todavía estoy en estado de shock; voy a tener que llegar a casa y calmar mi ímpetu, mi fuerza. Tengo muchas ganas de llorar".