El Manchester United puso la zancadilla en el título. Sin hacer un partido deslumbrante, dando continuidad a la autoridad de la victoria contra el Tottenham, fue capaz de doblegar este sábado a un City (1-2) que en la primera parte fue demasiado tímido en la finalización. Aparecieron las dudas de las últimas semanas en el Etihad ante el rival ciudadano que tiene la capacidad de puntuar contra los grandes. El título de liga se aleja para el equipo de Pep Guardiola, situado a una vertiginosa distancia de 14 puntos del Liverpool.

La dureza de la derrota se podía ver en la mirada perdida de los aficionados 'sky blue', que creyeron en una remontada final que no llegó. El acierto inicial de los visitantes determinó el partido. El de Solskjaer es un equipo reactivo, cómodo sin tener que sostener el peso de la iniciativa creadora. Lo suyo es esperar, correr, marcar con lo poco que tenga y resistir. Es algo sencillo, pero por fin sabe a lo que juega. La repentina inspiración de un crecido Marcus Rashford es determinante.

El inglés se multiplicó e hizo lo que precisamente le faltó el City en el primer tiempo, ser directo y terminar las jugadas. A los 20 minutos, en una carrera provocó y transformó un penalti, señalado a instancias del VAR, en una acción ingenua de Bernardo Silva. Los de Guardiola fueron tímidos en la respuesta y continuaron un guion infructuoso y contraproducente. Porque Martial, que volvía de lesión, marcó el segundo con un golpe preciso en el que Ederson quizá hubiera podido hacer más.

Marcar dos goles en media hora en el Etihad es algo que no se veía en la Premier League desde noviembre de 2015, algo difícil de remontar de por sí y aún más si el responsable es el rival ciudadano. Creyó Solskjaer la ventaja suficiente para el resto del encuentro porque acto seguido optó por un planteamiento ultradefensivo, pragmático. El City lo intentó sin demasiado acierto. Antes del descanso, el colegiado podría haber señalado unas manos de Fred, pero el VAR no es amigo del equipo de Guardiola y no lo concedió.

Ante la perplejidad general, el City encendió la esperanzadora luz de la remontada en un segundo tiempo en el que se reencontró. Liderado por un Kevin de Bruyne agresivo, las tuvieron los locales, más rápidos en la combinación, aunque aún sin demasiada pegada. El equipo echó de menos al Kun Agüero, lesionado, y a un Sterling que no ha recuperado su versión de la pasada temporada.

El gol de Otamendi a cinco minutos para el final puso contra las cuerdas a un United que resistió como pudo. Gritaba la hinchada roja y desde la tribuna brillaban dos ojos. Eran los de sir Alex Ferguson, que no se podía creer lo que estaba viendo. Su equipo volvía a ganar dos partidos de liga consecutivos, algo que no pasaba desde marzo, y de paso le daba una estocada terrible al City en su carrera para levantar su tercera Premier League consecutiva.

Manchester City - Manchester United (1-2)

Manchester City: Ederson. Walker, Stones (Otamendi, min. 59), Fernandinho, Angeliño. Rodri (Gundogan, min. 86), David Silva, De Bruyne. Bernardo (Mahrez, min. 65), Sterling, Gabriel Jesus.

Manchester United: De Gea. Wan-Bissaka, Lindelof, Maguire, Shaw (Young, min.89). McTominay, Fred, Lingard (Tuanzebe, min.89). Daniel James, Martial (Pereira, m. 74), Rashford.

Goles: 0-1 Rashford (m. 23, p), 0-2 Martial (m. 29), 1-2 Otamendi (min. 85).

Árbitro: Anthony Taylor.

Tarjetas: Bernardo Silva (min. 22), De Gea (min. 54), Pereira (min. 74), De Bruyne (min. 79), Walker (min. 90).

Estadio: Etihad Stadium.