Como venía sucediendo en los últimos 20 años, la Cena de la Pasta previa a la carrera era ese carga de proteínas y energía que los corredores querían para afrontar los 21,097 kilómetros del recorrido de la 35ª Media Maratón de Córdoba. Pero este año no se ha celebrado. Aun así, las energías estaban al máximo nivel.

El día amaneció soleado, pero con frío. Aun así se respiraba ambiente de fiesta, como el que tenían los voluntarios que estaban en los puestos de avituallamiento. «Siempre participo porque me gusta ayudar a la gente que va corriendo y como estamos las dos en el club Trotacalles, pues nos motiva ver a los atletas», aseguraron Cristina Gómez y Lucía Fernández mientras sacaban botellas de agua.

Minutos antes de las 10.00 horas, la avenida del Flamenco se llenó de diversos colores llamativos de corredores que ultimaban su calentamiento. Cuando llegó la hora clave y el alcalde de la ciudad, José María Bellido, dio el pistoletazo inicial, los ánimos se subieron por la nubes ante el reto que se le presentaba a los corredores. El propio Bellido no ocultó su emoción al ver «toda la avenida repleta de personas», y también tuvo su golpe de humor: «me ha emocionado mucho y, además, con el pistoletazo no me he quedado sordo, así que todo bien (entre risas)».

La calle Foro Romano y la Plaza de las Tendillas son un lugar esperado por los corredores por los ánimos que manda el público, que no dudó en acudir a la zona céntrica de la ciudad. «La parte del centro ha estado chula y Córdoba es preciosa, pero el público ha animado en todas partes», aseguró el jiennense Agustín Lozano tras cruzar la meta de la Puerta del Puente, también otro de los puntos esperados de la prueba. «Es la parte más emocionante, cuando corres los últimos metros en un entorno único como el Puente Romano», comentó la lucentina Salud Morán, que corrió acompañada de Rosa María Cáliz. «Las mujeres cada vez estamos más presentes y estamos demostrando de que somos capaces de correr estas carreras y más», aseguró Cáliz sobre el incremento de la participación femenina en la última década tras estrentarse, junto con Salud Morán, en una media maratón.

Esta 35ª edición ha sido la que ha tenido mayor participación procedente de fuera de Córdoba. Un caso fue Martin Macak, un joven de Suecia que está estudiando en Málaga. «Córdoba es una cuidad espectacular y ha sido una carrera muy bonita, con un buen ambiente en todo el recorrido; ha sido una experiencia muy positiva», señaló.

Un año más, los 6.553 corredores que completaron la prueba no ocultaron su alegría dando besos y abrazos a sus familiares, compañeros y amigos, así como lágrimas de emoción. Muchas estampas para el recuerdo que deja nuevamente este reto. Ya hay ganas de que llegue la edición del 2020.