La detención este jueves por parte de la Guardia Civil fue el epílogo de Jesús León, un hombre que pasó de ser denominado «el mesías» y «el salvador» del Córdoba CF al protagonista de un descenso a los infiernos de la entidad blanquiverde.

Mucho ha ocurrido en los 22 meses que han transcurrido desde su llegada a la presidencia del Córdoba CF hasta su estancia en los calabozos de la comandancia de la Guardia Civil de Córdoba. Allí está durmiendo este jueves Jesús León, que este viernes a las 10,30 horas pasará por la Ciudad de la Justicia para declarar ante el juez instructor de la causa. El empresario montoreño está investigado por cuatro delitos diferentes: apropiación indebida, administración desleal, corrupción y blanqueo de capitales.

«No pienso en otra cosa que no sea la salvación». Así de claro lo expresaba León, una y otra vez y con distintos matices, durante los meses de febrero, marzo, abril, mayo y junio del pasado año 2018. El montoreño había llegado en enero del 2018 a la presidencia del Córdoba CF tras adquirir el paquete mayoritario de acciones, hasta entonces propiedad de Carlos González. Vino de la mano de Luis Oliver y su empresa, Bitton Sport. Pronto trató de cerrar las heridas en el apartado social que había heredado de la anterior propiedad.

Incluyó a Magdalena Entrenas, Antonio Romero Campanero y a un socio de Oliver, Joaquín Zulategui, en un consejo de administración que completó con un emblema de los veteranos, Manuel Garrido. Y fraguó un ambicioso decálogo saturado de buenas intenciones y en la vorágine de esa permanencia como sea, sin pensar en las consecuencias.

SALVACIÓN MILAGROSA

Cogió un club prácticamente descendido a Segunda B y logró salvar la categoría, con la ayuda de los fichajes realizados por Oliver -director deportivo-, entre ellos el posteriormente fallecido José Antonio Reyes, convertido en ilusionante símbolo. Se consiguió la permanencia milagrosa, pero inmediatamente comenzaron los problemas. En julio del 2018 fue cesado Luis Oliver y con una campaña de abonos vendida a bombo y platillo, llegaron los problemas económicos. LaLiga atribuyó al Córdoba CF un límite salarial muy inferior al esperado por el exceso de gasto en el periodo de fichajes invernal, y varios de los jugadores de más caché del equipo fueron traspasados o rescindieron su contrato. Llegó Rafa Berges como solución de emergencia para la dirección deportiva mientras se marchaba el entrenador contratado para fines más lujosos, Francisco. Sandoval regresó como medida populista para atraer a una afición que comenzaba a ver que la situación era de emergencia, y los Edu Ramos, Javi Galán y Sergi Guardiola fueron sustituidos por jugadores de menor caché.

El Córdoba CF luchó contra los elementos, pero pronto se demostró que la temporada 2018/19 sería la del descenso en diferido, y con un grave problema económico. Las denuncias públicas y, posteriormente, vía judicial, se sucedieron. Joaquín Zulategui, Luis Oliver y Carlos González iban acorrando a Jesús León en una batalla judicial por el control del club que aún sigue latente. El equipo descendió a Segunda B el 12 de mayo del 2019 en el mismo escenario donde, cinco años antes, tocó el cielo de la Primera División: en el campo de la UD Las Palmas.

Durante la segunda vuelta se sucedieron los impagos a jugadores y empleados, una situación financiera que no fue a mayores por la venta de Sergi Guardiola y Álvaro Aguado, lo que posibilitó que las nóminas se pagasen con la temporada casi acabada y que el club pudiera empezar de cero. Para entonces, ya en este verano del 2019, Jesús León iba quedándose solo. Habían salido del club Alfredo García Amado, Joaquín Zulategui y Magdalena Entrenas. Los dos últimos pronto se posicionaron junto a Luis Oliver y Carlos González, en un frente contra la gestión del montoreño.

Jesús León trató de salvar la situación en Segunda B vendiendo un proyecto de ascenso con gente, a priori, solvente. Enrique Martín en el banquillo, Alfonso Serrano en la dirección deportiva y una serie de fichajes de entidad para acometer el reto. En poco más de tres meses de temporada, el técnico navarro abandonó el Córdoba CF, al director deportivo se le asocia con el Real Oviedo, y llegó el segundo entrenador del curso, Raúl Agné.

Mientras tanto, el Córdoba CF de Jesús León se encuentra con el impago de dos nóminas de los jugadores del primer equipo, los del filial y los empleados. Con un embargo de 1,8 millones de euros tras una denuncia de Luis Oliver, y con otro de 500.000 euros por parte de Hacienda.

CRUCE DE QUERELLAS

León inició una batalla judicial con querellas a González, Zulategui y Entrenas que seguirá su curso legal, y que se cruzan con dos golpes judiciales, uno de los cuales ha conseguido derribarle, al menos temporalmente. La demanda de Zulategui por el millón de euros de la ciudad deportiva, que según el navarro León sacó de las cuentas del club a las suyas personales, acabó con la intervención de la Guardia Civil, la inspección de las oficinas de El Arcángel, del domicilio de León y la entrada de este en los calabozos.

Además, y aquí se jugará el futuro accionarial del Córdoba CF, prosigue la solicitud Carlos González vía judicial para recuperar el paquete mayoritario de acciones, tras no haberle pagado León el último plazo, de 4,5 millones de euros.

Por otro lado, no se puede descartar la administración judicial del club, lo que abriría un nuevo panorama. Este último punto se dilucidará a más tardar el sábado. Así, en 22 meses, Jesús León ha pasado del cielo de Las Tendillas al infierno de los calabozos.