Es difícil encontrar un momento mejor que el del domingo para Javi Flores. Regresaba a su casa para volver a vestir la blanquiverde, se ponía el brazalete de capitán, lograba la victoria casi en el último suspiro tras remontar un gol anotado a los 15 segundos y, para colmo, el tanto que abría dicha remontada era anotado por el de Fátima. En el colmo de cerrar una jornada redonda, el gol resultó estéticamente notable y servido por otro cordobés. José Manuel Fernández entraba desde la banda derecha al segundo palo, en donde esperaba el capitán, que pensó -así lo reconoció después- en rematar de cabeza, aunque éste no sea precisamente su fuerte. Por ello decidió pararla con el pecho, bajarla y cruzarla al palo largo, haciendo inútil la estirada de Unai. «Fernández ha hecho muy buen centro. Había pensado en rematar de cabeza, pero entre que no es mi mayor virtud y estaba muy lejos pues me ha dado tiempo, además el defensa se ha pasado de frenada. Le he pegado con el alma, con rabia. El míster me ha insistido en que tengo que terminar la Liga con muchos goles», explicaba Javi Flores.

Más de uno hizo memoria con el último gol del centrocampista blanquiverde, un hombre que en su etapa en Segunda con el Córdoba no se distinguió excesivamente por ver puerta. De hecho, en su última temporada, con un Lucas Alcaraz que «confió mucho en mi», como reconoció en la entrevista concedida a este periódico, solo anotó un gol, pero vaya gol.

Fue el 19 de febrero del 2011. El Córdoba vivía, como casi siempre, acuciado por el descenso y visitaba Chapín, en donde le esperaba un Xerez desahuciado y abandonado a su suerte. Hay que ver cómo determinados temas regresan del pasado a la actualidad. El caso es que el de Fátima empezó el partido desde el banquillo, entrando en el terreno de juego a 13 minutos del final. A seis del 90, enganchó una volea que provocó el aplauso de los pocos xerecistas que se dieron cita en el estadio. «Me hacía mucha falta un gol así y sobre todo al equipo», declaró tras besarse el escudo con el 1-3 en el marcador. «La gente sabe que al Córdoba lo quiero como si fuera mi familia. He besado el escudo porque lo quiero, y en estos momentos que no eran buenos, para decirle a la gente que lo voy a dar todo por este club; me ha salido de adentro», se sinceró el de Fátima en la zona mixta de Chapín en unas palabras que apenas pierden actualidad, 3.475 días después. Javi Flores se despidió como anotador del Córdoba con un golazo y volvió a abrir la cuenta con otro tanto de bella factura. Parece que el tiempo apenas ha pasado en su relación con el Córdoba.