El Mundial de fútbol de Alemania del 2006 no fue agua clara. Este martes, la Fiscalía federal de Suiza ha estrechado el cerco sobre la cúpula del fútbol alemán al presentar cargos contra tres exdirigentes por haber sido, presuntamente, cómplices de fraude en la organización de la Copa del Mundo.

Según ha señalado la justicia helvética, Theo Zwanziger, Wolfgang Niersbach y Horst R. Schmidt, antiguos mandatarios de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), habrían engañado deliberadamente a las autoridades sobre un pago adicional no aclarado de hasta 6,7 millones de euros. La acusación también pesa sobre Urs Linsi, exsecretario general de la FIFA.

La investigación judicial señala que entre el 2002 y el 2005 Franz Beckenbauer, entonces jefe del Comité Organizador de la Copa del Mundo, recibió esa transferencia por parte del empresario Robert Louis Dreyfus. Posteriormente el dinero viajó a las cuentas de Mohammed Bin Hammam, miembro del comité ejecutivo de la FIFA.

Mundial manchado

Tres años después del Mundial, la DFB recibió un reembolso de los 6,7 millones de euros. Para recuperar el dinero, según la investigación, los magnates del fútbol alemán presentaron una solicitud a la FIFA "de manera falsa, como contribución de cofinanciación al evento inaugural de la Copa del Mundo del 2006".

Aunque los procedimientos del caso se iniciaron en noviembre del 2015, la justicia aún no ha podido descifrar para qué fin el funcionario qatarí recibió esa cantidad de dinero. Los investigadores suizos han señalado como motivo de ello el hecho de que los responsables del Mundial de 2022, que se celebrará en Qatar, no han respondido a una petición de asistencia jurídica. El evento hace años que está manchado de sospechas de corrupción por una concesión más que dudosa y por la muerte de obreros que trabajan en el proyecto bajo un régimen de semiesclavitud.

Beckenbauer, a parte

En medio de este escándalo está implicado Franz Beckenbauer, legendario futbolista alemán. Como responsable del evento, el Káiser estuvo directamente involucrado en esas transacciones de dinero. Sin embargo, su proceso legal fue suspendido debido a los informes de sus abogados en los que hace una semana y media señalaban un "empeoramiento masivo" de su estado de salud.

Aunque aún plana sobre él la sospecha de conocer el pago de 6,7 millones de euros para la adjudicación del Mundial, Beckenbauer evitará de momento su participación en el juicio penal y su caso será juzgado de forma separada. Otro de los acusados, Zwanziger, ha criticado que la fiscalía de un trato a parte al mítico defensa del Bayern de Múnich.

Evitar la prescripción

Aunque los acusados aún pueden presentar sus alegaciones, el movimiento de la fiscalía federal suiza responde a un intento de evitar una posible prescripción del caso, cuyo plazo finaliza en ocho meses. Así, los cargos presentados son un primer paso que las autoridades deberán seguir al tomar una decisión en primera instancia antes de abril del 2020.

El procedimiento se paralizó este julio debido a una nueva sospecha de blanqueo de capitales que los acusados rechazan.