El primer partido de Andrés Iniesta Luján contra el FC Barcelona nos dejó con las ganas de ver al mago de Fuentealbilla medirse sobre el césped con Frenkie de Jong, el futbolista llamado a marcar una nueva época en el centro del campo azulgrana. La decisión de Ernesto Valverde de reservar al holandés para el segundo tiempo, como ya hizo el martes frente al Chelsea, hizo imposible el encuentro entre la leyenda y la promesa. En un típico duelo de pretemporada, hipotenso y carente de ritmo, el Barça superó al inocente Vissel Kobe japonés (0-2) con dos goles del delantero del filial Carles Pérez y puso así el punto final a la minigira por el país de Oliver y Benji.

Valverde volvió a situar de salida a Antoine Griezmann como falso nueve, acompañado esta vez en las bandas por Rafinha y Collado, y de nuevo el francés respondió sin gol pero con una riqueza de movimientos y un despliegue de asistencias al primer toque que hicieron salivar al barcelonismo ante la perspectiva de ver a ‘Grizou’ jugando en breve al lado de Messi.

Los detalles de calidad del delantero exatlético fueron lo más destacado de los aburridos primeros 45 minutos en el Noevir Stadium de Kobe, junto con las ganas de reivindicarse de Rafinha, el más que aceptable debut del central del B Ronald Araújo, el estreno del segundo uniforme del Barça (el amarillo con la franja azulgrana en diagonal) y, por encima de todo, las exquisiteces de Iniesta. A sus 35 años, el manchego se ve comprensiblemente obligado a dosificar sus esfuerzos, pero sigue jugando con la elegancia imperial de un dandy de la era Meiji. Se le añora, y con motivo.

La clarividencia de De Jong

Si Griezmann e Iniesta fueron los principales focos de atención en la primera mitad, De Jong acaparó las miradas en la segunda. Jugando esta vez como volante derecho (Sergi Roberto ocupó el puesto de medio centro), el holandés dio nuevas muestras de su excelencia a la hora de interpretar el juego de posición. Su lucidez con la pelota en los pies y sus apoyos continuos contribuyeron a que el Barça incrementara su dominio sobre el cada vez más claudicante Vissel y multiplicara sus ocasiones de gol, pese a formar con un once muy poco reconocible en el que Guillem Jaime y Monchu ocupaban los laterales, Malcom se situaba en el centro del ataque y Carles Pérez actuaba como extremo izquierdo.

El joven delantero de Granollers (21 años) se convirtió en el inesperado protagonista del partido al firmar los dos goles de su equipo. El primero, en el minuto 58, tras una brillante combinación con Malcom, y el segundo, en el 86, de un disparo cruzado con la pierna izquierda. Pudieron ser más: Malcom estrelló un balón en el palo y Dembelé, capaz como siempre de la jugada más sublime y de la definición más grotesca, desaprovechó una par de buenas oportunidades.

Solventado el expediente, el Barça emprenderá el viaje de regreso a Barcelona para continuar el trabajo de pretemporada y preparar el partido del 4 de agosto en el Trofeo Joan Gamper, en el que el cuadro azulgrana, ya con los jugadores que disputaron la Copa América, se enfrentará al Arsenal de Unai Emery y Dani Ceballos.