"Mi padre es la persona que me ha inspirado. Era él quien me llevaba a diario a los entrenamientos y me decía que luchara por los sueños". Pero ni en sus mejores sueños podía imaginar Luka Modric, la estrella croata del Madrid, que acabaría completando un año de ensueño a nivel individual. No solo ha sido elegido el mejor jugador del Mundial tras llevar a su selección a la final que perdió con Francia sino que también ha sido elegido como el mejor de Europa.

La FIFA y la UEFA se han puesto de acuerdo. No hay ningún jugador, ni Cristiano (antes Madrid, ahora Juventus) ni Salah (Liverpool), que sea mejor que el madridista. "Me siento muy orgulloso, es algo excitante, increíble", ha dicho Modric, ensalzando, de nuevo, la ayuda que le proporcionó su padre. "Gracias a él estoy aquí", ha añadido.

Cristiano no acudió a la gala. Sabía, tal vez, que no iba a ser el premiado. Salah, en cambio, sí que estaba acompañando a Modric."Estoy orgulloso de estar donde estoy. Ser un icono en mi país y siento presión en ocasiones. Lo hago lo mejor que puedo y estoy feliz", ha subrayado el jugador egipcio del Liverpool.

"Ha sido un camino largo y duro. Estoy orgulloso y estoy dónde quiero estar" (Modric)

Para Modric es el final de una temporada inolvidable. Por la conquista de la décimotercera Champions, siendo una pieza estelar en la estructura de Zidane, y por disfrutar además de la mejor Croacia, que se asomó a la cima del planeta futbolística. "Ha sido un camino largo y duro. Estoy orgulloso y estoy dónde quiero estar", ha proclamado el mejor jugador de Europa. Y del mundo.