Francisco Rodríguez hizo efectiva ayer su renuncia al banquillo del Córdoba en una reunión de una hora con su presidente, Jesús León, en El Arcángel, de la que informó ayer este periódico, y a la que el presidente blanquiverde no puso excesivas pegas tras un mes de desconfianzas mutuas.

El ya exentrenador del Córdoba transmitió a los jugadores el miércoles su deseo de abandonar la nave blanquiverde tras asegurarles que el club no había cumplido en algunos puntos y que el límite salarial deportivo nunca se desbloquearía. La noticia comenzó a correr como la pólvora durante la tarde, aunque a primera hora de la noche Francisco supo a través de su representante que el desbloqueo del límite salarial será un hecho en unos días, ya que es el mismo agente de Sergi Guardiola y en cuyo traspaso al Getafe está teniendo una parte activa. Francisco amagó con recular entonces, aunque ya era demasiado tarde, ya que la desconfianza, que hasta ese momento era del técnico hacia el club, apareció también en sentido inverso. Así, una vez celebrada la sesión matinal en la ciudad deportiva, de muy corta duración, Jesús León recibió al almeriense en El Arcángel y el acuerdo fue rápido, dado que en el contrato se estipulaba que, en caso de dimisión después del 1 de agosto, como fue el caso, el técnico debía abonar 380.000 euros a la entidad blanquiverde. Lejos de convertirse en un problema, el acuerdo se cerró rápidamente y Francisco ha recibido los emolumentos que corresponden a los poco más de 30 días.

Se cierra así una etapa que comenzó a torcerse a poco de comenzar. En principio, tanto el club como él estuvieron de acuerdo en las salidas de Josema y Jona, aunque justo después saltó la bomba lanzada por LaLiga, bloqueando el límite salarial, algo que están sufriendo también media docena de equipos de Segunda, aunque sólo se está hablando del club blanquiverde. Ese hecho supuso un mazazo para Francisco, que vio cómo el proyecto del que se había hablado se transformaba por la decisión de LaLiga, rompiendo la confianza del almeriense con los dirigentes cordobesistas. Ese hecho nunca se pudo remontar y, de hecho, el entrenador no ocultaba casi a diario su malestar al vestuario. Después, vinieron también las muestras de desapego hacia el exterior con sus declaraciones tras el amistoso contra el Celta que, lógicamente, no cayeron bien en el seno del Córdoba. El detalle del miércoles, cancelando la sesión vespertina por la falta de jugadores -había cuatro tocados- sin avisar al club para que éste pudiera recomponer el entreno con futbolistas del filial, colmó la paciencia de todos. Él mismo anunció que dimitía, aunque luego intentó recular al saber que el límite salarial se desbloquearía en muy pocos días. Ya era tarde. La cita con León no tuvo ni un ápice de tensión y se desarrolló con serenidad. Simplemente, el plan inicial cambió y afectó sobremanera a las relaciones del club con el entrenador y viceversa, por lo que Francisco es ya historia en el Córdoba tras un fugaz paso de algo más de 30 días.

Para su alternativa el club se ha movido rápidamente, entre otras cosas, porque José Ramón Sandoval no ha perdido el contacto con el presidente y porque en el club se valora que, al igual que en febrero pasado, su perfil es el que puede encajar ahora mismo, dada la situación que se vive. Existen otras alternativas, como la de Curro Torres y la de algún técnico que ya sonó en el famoso cásting que realizó el club -y que sentó muy mal a Francisco, que tenía un acuerdo cerrado- el pasado mes de junio. Pero no sería descartable que el Córdoba anunciara hoy la llegada de José Ramón Sandoval.