Guillermo García-López, 67 del mundo, protagonizó este lunes una de las grandes sorpresas de la primera ronda de Roland Garros al eliminar al suizo Stan Wawrinka, cabeza de serie número 23 y finalista de la última edición, en cinco sets (6-2, 3-6, 4-6, 7-6(5) y 6-3), en tres horas y 30 minutos

El español se aprovechó de la baja forma de Wawrinka, acosado este año por su lesión de rodilla para llevar el partido a cinco sets y apear al suizo, que evidenció molestias por las que tuvo que ser atendido durante el partido.

García-López, que ya había apeado a Wawrinka en este torneo en el 2014, se mostró más fiable en los intercambios desde el fondo de la pista, y se valió de los fallos clamorosos que cometió su rival con su revés.

Lejos de la forma

El suizo demostró que aún está muy lejos del estado de forma que le llevó el año pasado a jugar la final en la Philippe Chatrier y por momentos se mostró apático en la pista, como si estuviese resignado la derrota.

La mejor muestra de esto fue su actitud en el último juego, a su servicio, cuando cometió varios errores que acabaron por dar la victoria a García-López, que cimentó el triunfo en el cuarto set, cuando se recuperó de una rotura de servicio y se impuso en el juego de desempate.

Tras el partido, el español reconoció que entonces simplemente intentó "jugar libre, sin presión", lo que le ayudó a dar la vuelta a la manga y el partido.

En la segunda ronda, García-López se medirá por primera vez en su carrera al ruso Karen Khachanov, verdugo del austríaco Andreas Haider-Maurer.