Enrique Castro Quini fue enterrado ayer a mediodía en el cementerio avilesino de La Carriona en la intimidad familiar, aunque con la presencia de algunos amigos y allegados tras el multitudinario homenaje recibido el pasado miércoles en el estadio de El Molinón, al que se ha añadido su nombre.

Por expreso deseo de su familia, el entierro de ayer fue íntimo y en el cementerio avilesino de La Carriona, donde también reposan los restos de su hermano Jesús Castro, fallecido ahora hace 25 años cuando se ahogó en la playa cántabra de Pechón tras salvarle la vida a dos niños.

Tras la sepultura de los restos mortales de Quini, fallecido de un infarto el pasado martes en Gijón a los 68 años, toda la familia y los amigos presentes se desplazaron a la tumba de Jesús Castro, donde también depositaron unas flores.

En el transcurso del homenaje del miércoles alguno de los presentes recordó que Quini había tenido una última alegría al ver cómo salió adelante la iniciativa popular para que la puerta número 1 de El Molinón llevase el nombre de su hermano.

Ya está en marcha otra iniciativa para erigir una estatua al propio Quini en las inmediaciones del estadio e incluso se sugiere que sea una reproducción de la fotografía tomada en el estadio del Rayo Vallecano en el que el delantero rojiblanco logró uno de los goles más espectaculares de su carrera y que fue inmortalizada por el veterano fotógrafo Puche.

Con el entierro de ayer quedan por finalizados los actos para despedir a uno de los mejores goleadores de la historia del fútbol español, y una de los futbolistas más querido por los aficionados. Genio y figura, descanse en paz Enrique Castro Quini.