La halterofilia abre hoy en Anaheim (Estados Unidos) los primeros mundiales de su nueva etapa, en la que no cuenta con diez de los países dominantes de las últimas décadas, la mayoría de ellos castigados por dopaje, lo que abre el medallero a los que ejercían hasta ahora un papel secundario.

China (33 medallas en los Mundiales de 2015), Rusia (18), Corea del Norte (12), Kazajistán (14) y Azerbaiyán (tres), los equipos que encabezaron la anterior cita, no estarán presentes este año. Los norcoreanos, por decisión propia; el resto, sancionados por recurrencia reiterada a las sustancias prohibidas. Tampoco estarán Bielorrusia (tres), Turquía (dos), Armenia (seis) ni Ucrania (una), todos en el grupo de los expulsados por dopaje.

Medida drástica

Con esta medida drástica, la Federación Internacional (IWF) pretende convencer al Comité Olímpico Internacional (COI), que la tiene en cuarentena, de que merece seguir en el programa de los Juegos Olímpicos. La semana próxima la Ejecutiva del COI se pronunciará al respecto. Más de la mitad de los 377 participantes en los Mundiales tendrán que pasar controles antidopaje.

España acude a Anaheim con tres mujeres y siete hombres, liderados por la medallista olímpica Lidia Valentín, ausente de los anteriores mundiales por lesión y ganadora de una medalla de bronce en los del 2013, en la modalidad de arrancada de los 75 kg.

Lidia Valentín, bronce en Río 2016, aguarda una decisión final sobre sus medallas correspondientes a los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012, en los que, por dopaje de varias levantadoras que la precedieron, deben asignarle la plata y el oro, respectivamente. Entre la relación de inscritas en Anaheim en los 75 kilos, la deportista leonesa es la que tiene un mejor registro de levantamiento total, 255 kilos, por lo que es clara aspirante al título mundial. Sin duda, dará lo máximo por conseguir el éxito.