A la undécima fue la vencida. El Ciudad de Lucena volvió a obtener un triunfo después de 10 jornadas de sequía en las que únicamente había contabilizado 4 empates por 6 derrotas, si bien por juego había merecido más.

Frente al conjunto de Sanlúcar, que dirigió desde las gradas por sanción el cordobés Rafael Carrillo ‘Falete’, el mejor entrenador de la historia del fútbol lucentino, el Ciudad de Lucena dominó de principio a fin y en el mejor encuentro de la toda la temporada consiguió una incuestionable goleada, que le sirve para ganar en autoestima de cara a su objetivo de la salvación.

Con una contundencia defensiva como nunca y un centro del campo armónico y capacitado para generar peligro, el Ciudad de Lucena ya avisó antes del primer tanto con dos ocasiones claras de Francis Martos y Fede, que no terminaron en gol de milagro. En cambio, a falta de 8 minutos para el descanso el hispano argentino Fede inauguraba el marcador con un eficaz cabezazo tras una excelente asistencia por la izquierda de León, que debutaba con nota. En el minuto 45 los lucentinos obtenían el 2-0 merced a un claro penalti de Marcelo sobre Javi Henares, que transformó en gol el capitán Carmona.

En el segundo periodo, los cambios en el Sanluqueño no surtieron efecto, por cuanto el Ciudad de Lucena siguió dominando territorialmente, hasta el punto de que el portero Jorge fue un espectador más. En el minuto 51 se gestaba el tercer tanto del equipo del cuestionado Diego Caro gracias a una falta sacada con maestría al borde del área por Martos.

La entrada al terreno de juego del canterano Erik imprimió velocidad al juego por la banda derecha con muchas incursiones, una de las cuales estuvo a punto de terminar en gol con un remate de León que despejó a córner el portero con apuros.

Javi Henares, que había marrado un gol cantado en el minuto 84 tras jugadón de Juan Guerra establecía el 4-0 final en el descuento tras una veloz internada de Erik por el carril derecho.

La sufrida afición albiceleste disfrutaba en las gradas de una goleada, que sirve para situarse a un punto de la permanencia.