No lo tiene fácil el Córdoba para remontar en la clasificación y por ello el club ha lanzado esta semana una campaña para que El Arcángel registre una buena entrada ante la próxima final, en esta ocasión contra la Cultural Leonesa.

Y no lo tiene fácil, entre otras cosas, porque los campos de entrenamiento no están, precisamente, en las mejores condiciones para entrenar. De hecho, el equipo vuelve hoy al trabajo en doble sesión, la primera prevista en la ciudad deportiva y la segunda en el campo pequeño. La matutina está proyectada en uno de los campos de césped artificial instalados por el club y repetirá el viernes, ya que tanto el campo pequeño como el grande, el de la tribuna, no mejoran.

La entidad blanquiverde informó a este periódico el pasado 24 de octubre que el campo habitual de entreno del equipo en la ciudad deportiva tiene varios problemas, muchos de ellos históricos y otros coyunturales. Entre los primeros es habitual la invasión de alguna plaga o mala hierba por la propia situación del campo, entre zonas agrícolas, cercana al río y también con un sector industrial cercano a él. Desde el club se recalcó entonces la climatología atípica que se está sufriendo este año, con una fuerte sequía que, entre otras consecuencias, deja la tierra del mismo campo mucho más compacta. En cualquier caso, fuentes del club aseguraron hace 29 días que ya se habían realizado las primeras labores para la recuperación de las zonas que se han limpiado de malas hierbas y tras el proceso de resiembra estimaban que «en 15 o 20 días» el campo grande de la ciudad deportiva tendría «mucho mejor aspecto» que el que se apreciaba a mediados de octubre. Además, se recalcó que «presenta mejor aspecto que en días anteriores, pero aún le cuesta por la falta de lluvia». A pesar de ello, se confiaba que en ese plazo, en torno a dos semanas o algo más, el piso sobre el que se ejercitan habitualmente los futbolistas presentase ya un aspecto más normalizado.

El campo pequeño es otra historia, ya que además de que nunca tuvo un drenaje mínimamente aceptable, se instaló sobre una antigua escombrera a la que se le echó una capa de arena que no es la que necesita un campo de césped deportivo. A pesar de ello, el club comentaba el 24 de octubre a este periódico que a base de diversos trabajos a realizar en las siguientes semanas se podría ir recuperando progresivamente, aunque lógicamente a un nivel más lento que el del campo grande, que tiene una variedad muy diferente a la instalada en El Arcángel, el pasado verano. Las imágenes que acompañan a esta información comparan el estado de los campos de la ciudad deportiva, tal y como se mostraban hace un mes a como lo hacen en la actualidad. Y la verdad es que no existe diferencia. En caso de haberla, en cualquier caso, es a peor.

Por su parte, a El Arcángel no le va mucho mejor. En el último encuentro en casa, ante el Osasuna, hubo muchos comentarios sobre el estado del terreno de juego y diversos aficionados comentaron que presentaba diferentes tonalidades y, además, en algunas zonas se percibía una clara ausencia de hierba.

Este periódico se puso en contacto la pasada semana con varios de los greenkeepers que asistieron al congreso celebrado en la ciudad y que giraron visita al terreno de juego del estadio municipal. Todos los consultados, sin excepción, entendían que el césped presentaba diversos problemas y alguno de ellos, incluso, mostraba su preocupación porque su aparente deterioro podía ir a más.

Hay que señalar que el césped de El Arcángel está siendo sobreutilizado. Además de los dos encuentros semanales, tanto del primer equipo como del filial, los problemas de los campos de la ciudad deportiva obligan también a que más sesiones de las recomendables para los cuidadores del campo se celebran en el estadio, con lo que su recuperación se ve de esa manera perjudicada.

Aparentemente, uno de los problemas que sufre el estadio municipal se centra en la transición, prevista en su momento por los cuidadores, de una variedad a otra. La bermuda de los tepes del pasado verano, la misma que tiene instalada el Sánchez Pizjuán o el Benito Villamarín, soporta mejor que el resto las altas temperaturas habituales en el sur, necesita menos riego y también mejora la tracción y el uso continuado. Sin embargo, debe ser reemplazada en el otoño, ya que la bermuda, una vez que las mínimas descienden excesivamente, termina amarilleando y, finalmente, muriendo. Por lo tanto, se debe escarificar (airear la tierra después de arrancar la hierba muerta) y plantar la nueva variedad, ray-grass, que soporta mejor los fríos. Evidentemente, los tiempos para iniciar la transición son importantes y más allá de que los cuidados sean buenos, también se necesita tanta inversión como dar descanso a los campos sobre los que se está interviniendo para esa transición.

Los expertos consultados entienden que, sin entrar a valorar el trabajo de dichos cuidadores, esa transición ha experimentado problemas, de ahí que el césped muestre el aspecto actual. También entienden que el terreno de juego necesita de una mayor inversión, sobre todo en la actualidad, ya que las temperaturas en diciembre serán aún más bajas que las actuales y si no se acometen los trabajos el césped del estadio municipal continuará deteriorándose.

En cualquier caso, es sintomático que después de tres días en los que apenas se ha pisado ningún campo, la vuelta al trabajo de la plantilla se deba realizar sobre césped artificial, según informó el propio club, al que se invitó, como hace un mes, a informar sobre la situación de los campos, aunque no hubo ninguna respuesta.