El auto del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz en la operación Soule también revela la existencia de una "vinculación clientelar" entre el Grupo Santa Mónica (GSM), que gestionó los derechos de la selección nacional de fútbol, y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), en la que incluye a Rafael Cortés Elvira, que fue secretario de Estado para el Deporte con el PSOE entre el 1993 y el 1996.

Sostiene el auto, al que ha tenido acceso la SER, que personal de la federación cobraba a la vez de esta sociedad y de la propia federación española. Y entre esos trabajadores se incluye también a María Elena Herrero, la esposa de Cortés Elvira, que es la jefa de los servicios médicos de la RFEF.

La empresa de Cortés Elvira cobró de GSM un total de 1.500.000 euros, y que el exsecretario de Estado para el Deporte es, además, socio de Mónica Han Cho, esposa de Gorka Villar, en una empresa cuyo domicilio social se encuentra en una vivienda de los Villar. Los investigadores añaden que la resolución del contrato con GSM, provocóun perjuicio de 51.746.000 millones de euros a la RFEF que se podían haber evitado.

Abuso de poder

El auto también concluye que Ángel María Villar, quien además de presidente de la RFEF es vicepresidente de la FIFA, utilizó sus influencias con distintas federaciones internacionales de fútbol para que contratasen a su hijo por servicios de asesoramiento o por partidos de la selección española de fútbol.

El escrito del juez Pedraz detalla que Gorka Villar ganó más de 500.000 euros con partidos amistosos de la selección con Corea, Argentina, Colombia, Chile, México, Oceanía y Venezuela. En el caso de los dos encuentros con el combinado coreano, el contrato se produjo a pesar de que la empresa Matchworld, que tenía en 2010 los derechos de la selección, se negaba a que ese partido se disputase, por lo que hubo que indemnizar a la sociedad con más de 500.000 euros. Y todo, supuestamente, para que Gorka Villar consiguiera 60.500 euros por mediar para que finalmente se jugara el partido con Corea.

Enchufismo y elevados sueldos

Además, Villar contrataba por amiguismo en la federación y con elevados sueldos a personas como el hermano de su secretaria personal, y también a "una persona que ha superado ampliamente la edad de jubilación, para servicios de asesoría profesional sobre los que caben serias dudas que preste". También quiso indemnizar por despido con 300.000 euros a la secretaria general de la federación, Esther Gascón, para contratarla después por el mismo sueldo de más de 200.000 que ya estaba cobrando.