Hacía tiempo que se intuía el tremendo potencial de Jon Rahm. Solo era cuestión de demostrarlo. E igual que ha hecho a lo largo de su vida, este golfista vasco de solo 22 años e imponente presencia física (1,88 de estatura) ha pulverizado cualquier expectativa, adjudicándose este pasado fin de semana su primer título profesional .

Solo ha necesitado 12 torneos Rahm para ganarse los focos en el circuito profesional de la PGA en el que debutó hace siete meses. Para empezar a escribir su leyenda, Rahm dejó una última vuelta sensacional de 65 golpes, con dos eagles en los últimos seis hoyos, que le catapultaron a la gloria.

El último putt de 18 metros que le aseguró el triunfo en Torrey Pines se intuye como el punto de partida de una carrera sin límites para Rahm al que muchos ven como el nuevo Seve por su fuerza mental, su presencia física y su carisma.

Es el cuarto español que inscribe su nombre en un torneo estadounidense tras Seve Ballesteros, José María Oloazábal y Sergio García. También se convirtió en el jugador más joven en imponerse en el torneo de San Diego, el mismo en el que ha reaparecido con discreción Tiger Woods.

Siempre habían sido altísimas las expectativas que había despertado la carrera de Rahm (Barrica, Vizcaya, 11 de octubre de 1994). Lo fueron en su etapa júnior cuando recibió una beca de la Federación Española para irse a la Blume. Pero sobre todo en su etapa universitaria en EEUU, tras construir una carrera inigualable: dos veces premio Ben Hogan al mejor universitario, premio Jack Nicklaus al mejor amateur, 50 semanas liderando el ranking mundial amateur.

«Su carrera no tiene límites, es un jugador que llegará a donde se proponga, porque tiene corazón, carácter y una confianza increíble. Es como Nadal o como Carolina Marín», explica el director deportivo de la Federación, Nacho Gervás, que allanó su camino para que se trasladara a EEUU, experiencia de la que Rahm se siente orgulloso. «Mi victoria demuestra que se puede estudiar, sacar una carrera y ser un gran deportista», afirma. «No hay que precipitarse. Puedes acabar tus estudios a los 22 años y luego tienes toda la vida por delante».

Sus cuatro años para estudiar comunicación en la Universidad de Arizona State, con un destacado programa de golf a las órdenes de Tim Mickelson, el hermano del jugador estadounidense Phil Mickelson, acabaron de forjar el explosivo carácter de su primera etapa.

Tras una de las primeras salidas de tono de Rahm, su entrenador lo citó en el estadio de atletismo para hacerlo subir y bajar escaleras durante horas, hasta hacerlo vomitar. Después le aseguró que en la siguiente ocasión, no solo estaría él, sino todo el equipo. Una escena muy de película pero que surtió efecto.

También ha sido fundamental el equilibrio que le aportan sus padres, Edorta y Ángela, que fueron las personas que le introdujeron en el golf de niño, en el campo de Larrabea, a las afueras de Vitoria.

«Jon no tiene debilidades. Sinceramente creo que es uno de los mejores jugadores del mundo», reconoció Phil Mickelson en Torrey Pines. «Hay algo especial que tienen unos pocos chicos a los que les gusta la presión. Y Rahm lo tiene».