«He jugado en el alambre y cuando uno juega en el alambre lo normal al final es caerse», fue la valoración que hizo Rafael Nadal de su juego en la final del Abierto de Australia. Sabía que el partido se le había escapado por poco, por pequeños detalles, pero decisivos. Especialmente decepcionado estaba por cómo había servido en el quinto set, cuando dejó escapar esa ventaja de 3-1, especialmente con su saque que, presionado por Federer, lo cedió dos veces en esa manga final.

Se acordaba de una bola que pudo cambiar la historia. «He fallado una derecha, he dudado si tirarla paralela o cruzada, la he tirado cruzada, ha tocado la cinta y ha salido fuera», destacaba de la jugada en la que tuvo el 4-2. Falló y Federer, que llevaba tiempo buscando el break point, había desperdiciado cuatro en el inicio del quinto set.

SIN CHISPA AL FINAL

Nadal encajó la derrota con resignación. «Ha sido igualado, pudo ganar cualquiera. Le felicito. Siento que he jugado a un buen nivel, pero él siempre ha estado muy agresivo y no ha entrado en ningún peloteo», dijo a la prensa.

Admitió que al final del partido se notaba «sin chispa, sin tanta fuerza en las piernas» y eso, ante un «talento capaz de hacer lo que hace, todo es más complicado». Las cinco horas que tuvo que jugar para llegar a la final antes de superar a Grigor Dimitrov le pasaron factura. Federer, que también tuvo dos partidos a cinco sets ante Kei Nishikori y Stan Wawrinka, había estado menos tiempo en pista y había tenido un día más de descanso que el mallorquín.

A pesar de la derrota, Nadal se marcha de Melbourne satisfecho. Desde el 2014, en Roland Garros, no llegaba a una final de Grand Slam. «He competido. He jugado para ganar. Y en tenis solo gana uno y hoy ha sido Federer». Nadal siente que ha recuperado el nivel perdido y está convencido de que volverá a ganar títulos importantes. «El tenis no se acaba en los Grand Slam. No puedo pensar solo en cuatro torneos al año. Ahora vienen muchos torneos importantes», recordó sobre su calendario, aunque, antes jugará el próximo fin de semana la Copa Davis contra Croacia. «Si el cuerpo responde y puedo seguir trabajando como lo estoy haciendo, voy a volver a ganar más».

Tampoco cree Federer que Australia sea su último Grand Slam. Ayer se apuntó la victoria número 314 en grandes torneos. Todo un récord. «Soy un hombre mayor que aún puede ganar 20 grandes. No soy ningún jovencito, pero nunca se sabe», bromeó.

10º Y 6º DEL MUNDO

El tenista suizo, que tras la victoria será hoy el 10º del mundo (Nadal el 6º) admitió que no podía soñar que después de seis meses fuera del circuito ganaría en Australia. Negó que le importara el número de Grand Slam conseguidos. «Es lo último que cuenta para mí» e insistió que la final «pudo ganarla cualquiera».

Federer se mostraba orgulloso de haber ganado ante su rival de siempre. «Él me ha obligado a mejorar. Es un competidor increíble y le felicito también por su retorno». Las próximas batallas entre ambos no tardarán. «Hasta luego, Lucas», le pudo decir a Federer parafraseando a Carlos Moyà, su nuevo consejero, cuando perdió la final con Pete Sampras en 1997.