El recurso presentado por el Córdoba contra la sentencia en la que se daba la razón a la Escuela Juanín y Diego en el contrato firmado con el Córdoba hace tres años ha sido desestimado, lo que podría suponer un desembolso para la entidad blanquiverde de unos 40.000 euros. No fue el dinero, en cualquier caso, lo que movió a la escuela de fútbol cordobesista en este litigio, muy al contrario que la otra parte, un Córdoba CF que, en el momento en el que se anunció el traspaso de Fede Vico al Anderlecht (1,6 millones de euros) se encontró con que existía un contrato firmado en el 2005 por el que debía satisfacer el 10% por derechos de formación. «Esto hay que verlo», fue la primera respuesta por parte de la entidad blanquiverde, que dispuso una negociación de poder. Poder que no tenía, vistos los documentos, pero sí en cuanto a la actitud de la otra parte, encabezada por los herederos, familiares y futbolísticos, de Juanín, el mejor jugador de la historia del Córdoba que, a pesar de asistirle la razón jurídica aceptaron rebajar progresivamente sus derechos en favor de unos sentimientos. La Escuela Juanín y Diego cedió una vez e incluso una segunda vez, rebajando el importe que le correspondía en función de aquel contrato, que fue relevado hasta en dos ocasiones. Más que relevado, reducido. Se pretendió una tercera rebaja, intentando obligar a Juanín y Diego a que aceptaran la gestión de los tres equipos del Atlético Cordobés. El benjamín y el alevín tenían un coste que Juanín y Diego pensaron aceptar. Pero recordaron que la gestión del infantil andaluza suponía «unos 14.000 euros», según una fuente de la escuela de fútbol cordobesista. Hay que recordar que Juanín falleció en los mismos tiempos en los que Fede Vico fue traspasado al fútbol belga. Es decir, su pérdida era reciente en estos tiempos de regateo y trapicheo de algo que, por otra parte, estaba firmado, pero que el Córdoba no estaba dispuesto a cumplir.

Fueron aquellos tiempos en los que el máximo accionista del Córdoba y entonces presidente, Carlos González, manifestó públicamente que «el hijo de Juanín sigue y debería tener la suficiente sensibilidad para no meter al Córdoba en los tribunales». El mismo González que dijo «no saber nada» de lo ocurrido a los responsables de Juanín y Diego y que «llamaría» en cuanto se informase. Se deduce que aún sigue informándose. Sólo dos verdades se han transmitido en estos tres años. La del club, cuando le dijo a Diego que «esto es un negocio» y la de la propia escuela, que ha perdido dinero que le correspondía por un sentimiento.