Rafael Nadal está en modo jugador. Fuerte físicamente, competitivo en la pista y sólido mentalmente. A punto para luchar por un gran título como el Abierto de Australia, que ganó en el 2009 y donde fue finalista en el 2012 y el 2014. De momento ha pasado el muro de octavos de final del torneo después de imponerse al francés Gael Monfils por 6-3, 6-3, 4-6 y 6-4. Por novena vez en su carrera en Melbourne vuelve a estar entre los ocho elegidos y sin Andy Murray y Novak Djokovic, en la lista. Una razón para ser optimista.

La última vez que alcanzó la ronda de cuartos en un Grand Slam fue en Roland Garros del 2015, cuando perdió con Djokovic. «Es una gran noticia para mí. Hacía tiempo que no lo lograba. Eso es lo importante», valoró. Nadal sabe que el torneo está abierto más que nunca sin los dos mejores, pero es prudente porque el camino que queda sigue siendo duro. Mañana le espera el gigante Milos Raonic, ahora tercero del mundo. Le ha ganado seis de ocho veces, aunque la última, en Brisbane, hace tres semanas, venció el canadiense (4-6, 6-3, 6-4).

Será una nueva prueba de su nivel. De momento las ha superado todas con nota, aunque ayer ante Monfils se atascó al final. Nadal dominó los dos primeros sets aprovechando las excentricidades de un rival capaz de lo mejor y de lo peor (64 errores no forzados y 52 ganadores, 15 aces y 10 dobles faltas) y que tras ganar el tercer set dejó escapar una ventaja de 4-2 para forzar el quinto.

PRÓXIMA BATALLA / Raonic será distinto. Nadal lo sabe. «Necesitaré ser agresivo y estar concentrado con mi saque, si no, estoy muerto», admitió el mallorquín tras vencer a Monfils. El canadiense superó ayer un buen test para enfrentarse a Nadal al vencer a Roberto Bautista por 7-6 (8-6), 3-6, 6-4 y 6-1 con 33 aces y 75 golpes ganadores, en una pista que le favorecía ya que el partido, como el de Nadal, se jugó bajo techo por la lluvia. Así y todo, el tenista castellonense le apretó y le forzó en las tres primeras mangas antes de perder. Bautista dejó escapar un 5-1 en el tie break, ganó el segundo y perdió dos break points con 4-4 en el tercero.

«Será una batalla dura, veremos como acaba. Me siento con la energía casi a tope», valoró el canadiense, que quitó importancia al hecho de que Carlos Moyà, su entrenador el año pasado, esté con Nadal.

RAONIC Y DIMITROV / Junto a Nadal y Raonic, completaron ayer los cuartos el belga David Goffin que ganó al austríaco Dominic Thiem (5-7, 7-6, 6-2, 6-1) y el búlgaro Grigor Dimitrov que acabó con el uzbeko Denis Istomin (2-6, 7-6, 7-2, 6-2), verdugo de Djokovic.

En el torneo femenino, Serena Williams dominó a la checa Barbora Strycova (7-5, 6-4), la británica Johanna Konta superó a la rusa Ekaterina Makarova (6-1, 6-4), Mirjana Lucic-Baronic derrotó a la estadounidense Jennifer Brady (6-4, 6-2) y la checa Karolina Pliskova se impuso con facilidad a la australiana Daria Gavrilova (6-3, 6-3).