Vuelve el Dakar y vuelve Laia Sanz (Corbera de Llobregat, 1985), por séptima vez consecutiva. No vuelve para ganar: vuelve para seguir aprendiendo a ganar algún día. Los que saben dicen que es la única mujer que puede conseguirlo. Sus números no les desmienten: 9º puesto absoluto en un Dakar, 5ª en una etapa (Salar de Uyuni, Bolivia), 18 títulos mundiales (13 de trial y 5 de enduro) y cuatro medallas de oro en los X Games. Forma parte del equipo oficial más fuerte, y campeón, del Dakar. Y lo es, simplemente, por méritos propios. Todos. Y más.

-De nuevo, millones de ojos la contemplan como la 'chica del Dakar', la gran heroína de este durísimo rali. Yo creo que ya he conseguido ser una más del pelotón del Dakar, lo cual me enorgullece porque era uno de mis objetivos cuando empecé a correr este duro rali hace siete años. Desde aquel 2011 han cambiado muchas cosas, pero sigue siendo una ilusión, un sueño, correr el Dakar. Es más, jamás me hubiese imaginado que me hubiera podido dedicar, por entero, al Dakar y ser piloto de KTM. Desde aquel 2011 he mejorado año a año, soy mejor en todos los aspectos, más madura y creo que aún puedo ser mejor.

-Jamás dice su objetivo, ¿pero qué espera de esta edición? Mi objetivo es acabar entre los 15 primeros y, después, la carrera dirá. A priori las características de esta edición me favorecen. Eso sí, creo que hay ocho intocables que lucharán por el triunfo final y otros 15 o 20 que irán muy rápidos. Espero estar entre ellos. Sé que mi primera rival soy yo misma y, en ese sentido, he de centrarme en acabar, ¡acabar!, que no será fácil. Después, en mejorar día a día. Si soy regular y estoy entre los 20 primeros de cada etapa, seguro que lograré los objetivos que me propongo y acabaré muy satisfecha.

-¿En qué le beneficia el trazado de esta edición, que parece muy duro? Me beneficia por eso, porque es más duro, pasaremos por sitios nuevos, hay más navegación, no hay tanta velocidad punta… y me beneficia porque tengo un año más de experiencia. Sé que se notará la mano de Marc (Coma) y habrán más díasdakarianos, de auténtico Dakar, que es lo que más me gusta. Además, tanto física como mentalmente llego mejor preparada que nunca a esta edición. Pero, claro, en un Dakar influyen tantos factores que nunca sabes lo que te va a ocurrir. En la última edición, si cuento los minutos que perdí por problemas, me estiro de los pelos, pues hubiese podido quedar mucho más arriba. Pero es el Dakar, amigo, es el Dakar.

-¿Se ve ganando alguna etapa? Tengo que ser realista y creo que no es posible. ¡Hombre!, si hubiese una etapa con todo trialeras, tal vez, pero lo veo complicado. Lo puedo hacer bien, eso está claro, pero ganar una etapa, no sé, no sé. Lo importante, en el arranque, es no caerse, no tener un mal día, no tener problemas mecánicos e ir ganando confianza. No hay otro secreto: ser regular, creer, confiar, picar piedra, ser dura.

-Sentirse querida por KTM, la marca campeona, debe ayudar ¿no? ¿Ayudar? Es lo que te da vida, es lo que te ayuda a pelear, a entrenarte, a trabajar duro, porque sabes que estas arropada por los mejores.