"No ha habido ningún deportista como él, después de Muhammad Ali, con esta capacidad de captar la atención de los espectadores". Sebastian Coe, doble campeón olímpico de 1.500 metros y actual presidente de la IAAF (Federación Internacional de Atletismo), definió de este modo el carisma de Usain Bolt después de que el velocista jamaicano fuera capaz de agrandar todavía un poco más su leyenda -si eso es posible- el pasado mes de agosto en los Juegos Olímpicos de Río.

En la cita brasileña, el 'Relámpago' de Trewlany repitió paso por paso el triplete de títulos en velocidad (100, 200 y 4x100 metros) que ya había logrado en los dos JJOO anteriores, en Pekín 2008 y Londres 2012. Si ya es difícil repetir oro olímpico en una prueba de velocidad, más lo es mantener la hegemonía durante ocho largos años y situarse, con nueve títulos, a la altura del finlandés Paavo Nurmi (fondista de los años 20 del siglo pasado) y del 'Hijo del viento', el estadounidense Carl Lewis (1984-1996).

200 SEGUNDOS DE SUDOR

Y todo ello, en apenas tres minutos y 20 segundos de trabajo. Bien, en 200 segundos de trabajo de un deportista de muy alta cualificación, como es este irrepetible jamaicano de 30 años que, en los próximos Mundiales de Londres (4 al 13 de agosto), pretende emitir sus últimos destellos antes de dejar grabada para la historia una trayectoria irrepetible.

"Ahora lo puedo decir, soy el más grande", dejó dicho en Río tras su triple triplete de oros. Aunque parezca increíble, no había deje de soberbia en esa afirmación. Era, simplemente, la constatación de un hecho irrefutable, la confirmación de lo que había hecho el más grande de las pistas, como en su día hizo Muhammad Ali en los cuadriláteros.

Nacido en Jamaica

Ingresos anuales: 31 millones de euros

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