La tragedia del Chapecoense tiñe de luto el mundo del fútbol

El avión del equipo brasileño se estrella en Colombia y mueren 76 de sus 81 ocupantes

La tragedia del Chapecoense tiñe de luto el mundo del fútbol

La tragedia del Chapecoense tiñe de luto el mundo del fútbol

BUENOS AIRES

La ciudad colombiana de Medellín vuelve a asociarse a un desastre aéreo. En 1935 cayó en sus inmediaciones el avión que llevaba a Carlos Gardel. En la noche del lunes era esperada en el aeropuerto José María Córdova de esa ciudad la aeronave que, entre otros, traía a los jugadores de un modesto equipo de fútbol brasileño que debía disputar la final de la Copa Sudamericana, la segunda competición de clubs del continente, contra el local Atlético Nacional. Nunca llegó: de sus 81 ocupantes fallecieron 76. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, expresó sus condolencias a Brasil por una tragedia «que enluta a la región entera».

El avión de la compañía boliviana LAMIA debió haber aterrizado pasadas las 21 horas. Cuando atravesaba el municipio de La Ceja, unos 45 kilómetros al sur del aeropuerto, comunicó «problemas eléctricos». Cayó en la elevación de una zona rural conocida como Cerro Gordo. Había partido de Santa Cruz (Bolivia) con las ilusiones de un modesto equipo, el Chapecoense, que nunca había afrontado un reto deportivo semejante. Además de los 22 futbolistas, iban a bordo directivos del club, 22 periodistas y los nueve integrantes de la tripulación. Uno de los futbolistas fallecidos es Cléber Santana, quien jugó en el Atlético de Madrid y el Mallorca.

Los únicos supervivientes fueron una azafata, dos jugadores, un periodista y un directivo del equipo. Los especialistas aseguran que pudieron esquivar la muerte porque el piloto alcanzó a vaciar el depósito del combustible y evitar de este modo una explosión.

El Chapecoense es el club de Chapecó, una ciudad de 185.000 habitantes del estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil. Sus hinchas no llegan a los 8.000 en cada partido. La institución estuvo a punto de desaparecer por deudas, pero renació de sus cenizas y alcanzó un lugar en el fútbol de su país que sorprendió a propios y extraños.

La delegación del club tuvo que cambiar los planes de vuelo por una decisión de la autoridad de la aviación brasileña. Al no poder desplazarse a Medellín en un vuelo chárter, se vio obligada a volar de Sao Paulo a Santa Cruz, donde se subió al aparato con matrícula CP2933 de LAMIA.

La Federación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) suspendió oficialmente, como es lógico, la final del campeonato, mientras que el club Atlético Nacional pidió que se conceda el título al equipo brasileño golpeado por la tragedia.

El avión siniestrado es el mismo con el que la selección argentina de fútbol -con los jugadores del Barça Leo Messi y Javier Mascherano- regresó hace 19 días, el pasado día 11, de la ciudad brasileña de Belo Horizonte a Buenos Aires tras perder por 3-0 el día anterior ante Brasil en un partido de la fase de clasificación para el Mundial de Rusia. También lo habían tomado para el vuelo de ida, el día 6.

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