LA CARRERA DESDE DENTRO

Gracias, súper amiga

La Media Maratón no la formaron las casi siete mil personas que la terminaron, sino todas aquellas que estaban en las aceras y a las que no les importó cambiar sus habituales planes de domingo por vernos dos segundos

Gracias, súper amiga

Gracias, súper amiga

José Juan Luque

José Juan Luque

Y pensar que no querías correr porque decías que las medias maratones no te gustan… Pero, claro, es más fácil si tienes una súper amiga.

¿Qué es una súper amiga?

Una súper amiga es alguien que se levanta un domingo a las nueve de la mañana para guardarte el chubasquero porque a ti se te ha hecho tarde y no te da tiempo de llegar al guardarropa, para variar.

Una súper amiga es la que se viste, cuando lo que realmente le apetecería es estar en pijama hasta las doce, por mucho que te diga que no, que lo hace encantada, y baja en el kilómetro 19 para hacerte una foto.

Una súper amiga te ve y se va corriendo a la meta para volver a verte.

Una súper amiga grita.

Una súper amiga coge tu mochila con la ropa de abrigo para que no pases frío cuando llegues.

Una súper amiga te escribe un post-it en el frigorífico.

Una súper amiga te llama campeón.

Una súper amiga prepara pan y te ofrece un trozo para que te recuperes.

Una súper amiga te mira mal si no has comido lo que tenías que comer.

A una súper amiga no le importa esperarte a ti, pero tampoco a tu amigo, que aparece nueve minutos más tarde.

Del súper amigo podría hablar también muchas cosas, por ejemplo que ya mismo nos vamos a hacer un álbum de bodas de carreras o que me encanta ir trotando con él hasta la salida, o que me fascina la capacidad de superación que tiene, que no hay que tirar de él, que incluso él tira de ti, pero bueno, al súper amigo lo dejo para otro día.

Seguimos con la súper amiga.

Una súper amiga se pone una sudadera con un mensaje que va dirigido a ti, y en francés, cómo te conoce: ¡Très bien!

Una súper amiga te espera para cenar y no te enreda la noche de antes de la prueba. Bueno, solo a veces.

Una súper amiga te invita a carreras que tú ni conocías.

Mientras corro los 21 kilómetros con absoluta placidez, observo en las aceras a infinidad de súper amigas y en sus caras veo la emoción al ver pasar a los suyos.

Y es que a una súper amiga le encanta que corras, verte y que además se lo cuentes.

No sé si lo sabéis, pero el chute al veros es brutal. De verdad que te embalas.

Así que estas líneas están dedicadas a todas las súper amigas que aguantan, nos siguen y encima nos aplauden cada día.

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