«Es una pena, porque el equipo de Paco hubiera subido al año siguiente»

«Es una pena, porque el equipo de Paco hubiera subido al año siguiente»

«Es una pena, porque el equipo de Paco hubiera subido al año siguiente»

CÓRDOBA

Vivió la cara y la cruz en el Córdoba en tan solo un año. De ver cómo el club entraba en ley concursal a jugar las eliminatorias de ascenso a Primera. Regresa el domingo con la camiseta del Getafe, favorito al ascenso.

La llegada de Bordalás ha sido buena para el equipo, sobre todo para usted, portero.

Esnaider sufrió un poco lo que es el paso de Primera a Segunda y, además, con muchísimas incorporaciones. Tenemos la plantilla con más extranjeros de la Liga, gente que no conocía la Segunda, un vestuario totalmente nuevo. Al principio se juntó un poco todo: la idea del juego, la nueva categoría, adaptarse a un nuevo club... Con Bordalás, los pasos y las etapas para adaptarse a esto han ido mucho más rápido. Conoce muy bien la Liga, los rivales, cada campo y eso ha ayudado mucho a los jugadores a llegar preparados a los partidos, a unificar todo el equipo y, desde su llegada, el equipo compite desde el minuto 0. El impacto es positivo, pero no solo para el portero, creo que es beneficio para todos, ganamos todos. El buen hacer defensivo es de los 11 que están en el campo. Cuando un equipo no encaja goles parece que es mérito de la línea defensiva o del portero, pero es un trabajo colectivo.

Defíname al Getafe de José Bordalás.

Es un equipo en el que prima lo colectivo sobre las individualidades. Uno por uno, tenemos una gran plantilla. El míster quiere que se refleje una idea de juego colectivo, que todos cedan su forma de entender el fútbol para buscar el equipo y que éste sea equilibrado ofensiva y defensivamente. Remarca la importancia de no encajar gol. Pero siempre busca la portería contraria, la intención es la de hacer gol y ponerse por delante en los partidos y manejar los tiempos que se marcan en esta categoría. Jugar con el fútbol práctico que se juega en Segunda.

Vaya etapa la suya en el Córdoba. De compartir vestuario con compañeros como David Lopes a otros como Charles.

Fidelizarme tanto con el club y su masa social es porque viví una transición muy importante. Cambio de propietario, problemas económicos, la situación crítica tocando la ley concursal... Luego, el cambio de política total a la hora de gestionar el club. He visto pasar muchísimos compañeros y muy pocos aguantamos esos años. Te vas fidelizando, te vas haciendo un poco el veterano junto a otros compañeros y también vives una transición. Transición de un equipo que luchaba por mantener la categoría a marcharme de un Córdoba que pasó a hacer un futbol atractivo, referente en la categoría, al que todos ven como candidato al ascenso. No hay que olvidar que el Córdoba ha dado un salto grande al presentar, también, lo bonito de jugar en ese estadio. Y vivir el fútbol a través del cordobesismo. Es especial por lo vivido y porque en lo personal he vivido años muy buenos. He conocido a grandísimos profesionales allí y, como he dicho en otras ocasiones, llegué siendo un niño y me fui siendo padre de familia. Es difícil tener una despedida como fue la mía en Córdoba, tan bonita.

En el recuerdo queda aquella campaña con Paco Jémez.

Me viene una anécdota de aquel año, en el que peor pintaba todo en verano, en la pretemporada en La Manga, con muchísimos chavales del filial y fichajes de gente que venía con más ilusión que nombre. El Córdoba siempre había fichado gente con nombre. En Cartagena, íbamos al primer partido de pretemporada contra el Hércules y prácticamente no confiabamos en lo que iba a pasar. Comentábamos que no se iba a fichar a más, que se iba a quedar la plantilla así, con Hervás, que en el primer partido el míster lo puso de lateral izquierdo y llegamos al partido contra el Hércules. Cuando íbamos para allá sabíamos que el Hércules tenía buenos jugadores y nosotros, con poca o ninguna experiencia y pensábamos: «el año que nos espera», muy difícil. Al presidente no lo conocíamos y estábamos deseando que después del partido, como pensamos que íbamos a perder por goleada, el presidente iba a reaccionar y firmar a más gente. Y en el autobús pensábamos el baño que nos iban a dar. Resulta que fue todo lo contrario. Ya entonces hicimos un muy buen partido y el propio Jémez nos reunía en charlas en verano y nos decía que creyéramos en la manera de jugar, que con estos jugadores y con cuatro o cinco más, iba a ser una temporada enorme. Fue Paco el primero que creyó y nos hizo creer porque nadie en Segunda había practicado esa idea. Y tuvo razón, con el paso de las jornadas.

Un año con protagonismo especial para usted, también.

Paco nos decía que la manera de jugar nos daría mucho pero que los de atrás teníamos que arriesgar y sufrir mucho. Nos mirábamos y como «hostia, nos vamos a quedar en mediocampo uno para uno» y, claro, también había muchos mano a mano. A muchos jugadores nos fue muy bien, porque muchos se fueron a Primera: Fuentes, Fernandez, Dubarbier, Ximo, Borja, Charles. Fue una pena que no se aguantara ese vestuario una temporada más. Si se hubiera mantenido ese equipo hubiera conseguido el ascenso al año siguiente.

Ahora igual se va a México.

A Paco le voy a desear siempre lo mejor, y a su cuerpo técnico, porque no hay que olvidar que Paco va con personas que me han ayudado mucho. Jorge Ramírez ha sido un educador, le debo mucho. No solo en lo deportivo, que crecí mucho con él. Ha sido un hermano mayor, me ha orientado mucho, siempre le estaré agradecido y es un magnífico entrenador de porteros.

¿El partido del domingo?

Un partido muy bonito, porque voy a poder revivir momentos en un estadio en el que he disfrutado el fútbol. Y dos equipos que necesitan ganar.

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