Ante la presencia destacada del exmiembro de los Beatles Sir Paul McCartney en el Barclays Center de Brooklyn, quien puso la música y realizó un recital fue Ricky Rubio en la victoria de los Wolves ante los Nets por 85-100. El base español mostró su mejor versión de lo que llevamos de temporada, similar a la que exhibió en su sensacional debut en Los Ángeles, gracias a sus ocho puntos y 15 asistencias en una demostración de recursos con los que ayudó a los suyos a conseguir la undécima victoria.

Su dirección en el juego generó la sensación de que algo especial sucedía cada vez que subía el balón. Su balance de más 19 puntos para su equipo cuando él estuvo en pista reflejó a la perfección la aportación de Rubio, en un duelo donde los Nets volvieron a hacer gala de su irregularidad en el juego y de su falta de precisión en determinados lances del partido. Los 20 puntos y 10 rebotes de Gorgui Dieng y los 24 tantos de Karl Anthony Towns fueron más que suficientes para que los Wolves pudieran vivir de las rentas y dar minutos a los menos habituales ante los puntuales arreones locales que nunca acabaron de estar en condiciones para competir por el partido.

Por su parte, solo Brook López con un doble-doble, 20 puntos y 12 rebotes, y Bojan Bodgdanovic con 13 pudieron sostener a unos Nets que acumulan cinco derrotas consecutives y no encuentran la manera de reconducir la situación en la Conferencia Este.