El ambiente enrarecido que rodeó el derbi con el Rayo Vallecano debido al momento convulso a nivel deportivo que vive el Real Madrid se reflejó desde el inicio con una monumental pitada al técnico Rafa Benítez, ligeros silbidos a algunos jugadores y cánticos de 'Florentino, dimisión' desde el fondo sur del estadio.

La derrota liguera de la pasada jornada frente al Villarreal, que llegó tras el pinchazo del Barcelona frente al Deportivo, se vivió en el madridismo como una oportunidad pérdida de recortar distancias al líder.

La distancia entre el Barcelona y el Real Madrid antes de esa última jornada era ya de cuatro puntos porque el conjunto azulgrana, que goleó al equipo blanco en su visita al Santiago Bernabéu, se estaba mostrando más solido que el equipo de Benítez, que ya llevaba tres empates y dos derrotas en la competición antes de jugar en El Madrigal.

La eliminación en Copa del Rey en los dieciseisavos de final frente al Cádiz por una alineación indebida ayudó a empeorar el ambiente enrarecido que está viviendo el Real Madrid esta temporada y que parece haber acabado con la paciencia de una parte de la afición.

Frente al Rayo Vallecano, al sonar los nombres de los jugadores por la megafonía, una parte de la afición mostró su malestar con ligeros pitos a algunos de ellos, como Sergio Ramos, pero sobre todo con Rafa Benítez, al que dedicaron una sonora pitada que fue casi unánime en todo el estadio.

Isco, que comenzó el partido desde el banquillo y no llegó a jugar, sí recibió el cariño de la afición, que aplaudió su nombre cuando sonó por la megafonía con el número veintidós.

Todo eso se produjo antes de que el balón comenzara a rodar sobre el césped del Santiago Bernabéu, en un partido que se le puso de cara muy pronto al Real Madrid con un gol de Danilo a los dos minutos.

Esa alegría le duró poco al conjunto blanco porque poco después Antonio Amaya remató de cabeza un córner y logró la igualada para el Rayo, y volvieron los pitos.

El partido se terminó de torcer para el Real Madrid a los 12 minutos, cuando Jozabed dio la vuelta al marcador y un sector del fondo sur comenzó a gritar 'Florentino, dimisión'. En el resto del estadio hubo división de opiniones. Algunos secundaron esos cánticos y otros pitaron a quienes los entonaron.

Esa división entre la afición molestó a Cristiano Ronaldo, que, tras un córner, hizo un gesto con la mano diciendo 'no', mostrando su desaprobación con los cánticos de la hinchada.

Las expulsiones del lateral derecho Tito y del centrocampista Raúl Baena dejaron al Rayo Vallecano con nueve y allanaron el terreno a un Real Madrid que, con todo a favor, comenzó a marcar el ritmo del partido y al descanso se marchó 4-2.

El tercer gol, obra de Cristiano, no lo celebró el portugués, que fue el último en ganar el túnel de vestuarios al descanso ante la enorme pitada de la afición madridista, que, pese al marcador, volvió a demostrar su descontento con el equipo. Incluso gente desde el lateral este del estadio despidió a los futbolistas al grito de 'sinvergüenzas'.

En una muestra de apoyo a sus jugadores, y al esfuerzo que estaban realizando, Paco Jémez, técnico del Rayo, esperó en la entrada del túnel de vestuarios a los nueve que acabaron la primera mitad para darles ánimos para afrontar una segunda parte que no tuvo mucha historia.

El Rayo Vallecano intentó defender con la máxima dignidad posible, pero el Real Madrid, con su calidad y superioridad numérica, no dio opciones a su rival, al que terminó goleando (10-2) con un recital de Gareth Bale, que marcó cuatro tantos, y otro de Benzema, que anotó tres.