Se dejó lo mejor para el final del año y también para cuando lo tenía todo en contra. El Córdoba dijo adiós al 2015 con una derrota que supo mucho mejor que varios triunfos que ha logrado en el último trimestre. Al menos, por lo visto en algunos minutos, unos 40 en total, en el encuentro en el Martínez Valero, en el que el Elche salió en tromba, jugando al fútbol y superando a los de Oltra. Un cuarto de hora en el que los blanquiverdes se vieron con 2-0 y un jugador menos y del que los rescató Florin Andone con un gol marca de la casa tras robo de Víctor Pérez. Hasta el descanso, prácticamente, se vio a los hombres de calidad --Víctor Pérez, Fidel, Nando-- del Córdoba elaborando y metiendo en más de un aprieto a un equipo con un jugador más. Luego, tras el intermedio, el intercambio de golpes fue la tónica, pero el esfuerzo físico pasó factura y el último cuarto de hora se convirtió en un ir y venir sin ocasiones claras para ambos, salvo las provocadas por ese cansancio y la falta de precisión.

No deja de ser paradójico que este Córdoba, que ha justificado no pocos partidos grises basándose en los números y el liderato, ayer, con todo perdido, con 70 minutos por delante y en inferioridad, intentara jugar más al fútbol que nunca. ¿Contagio del rival? Quién sabe. Pero lo cierto es que el conjunto blanquiverde dio muy buena imagen desde el 2-1 hasta el descanso e incluso durante unos minutos de la segunda mitad. Porque la puesta en escena no pudo ser peor. Y lo significativo es que el rival, el Elche, le superó en fútbol. Ya a los cuatro minutos de partido los franjiverdes demostraban que podían jugar y construir desde la primera línea, contactar con Espinosa para generar problemas entre líneas y enganchar finalmente con Sergio León, que fue un problema para la defensa cordobesista. Ahí se topó con Deivid, que despejó a córner. Tres minutos después volvía a probar el delantero cordobés del Elche, pero fue fácil para Razak. Y de nuevo a los 10 minutos, el pichichi franjiverde lograba desembarazarse de las marcas para disparar escorado y alto sobre la meta del ghanés.

Funcionaba muy bien el equipo de Baraja, tocando y combinando, y el Córdoba no sabía ni por dónde le venían, sobre todo cuando se asociaban en el campo Espinosa, Álex Moreno, Álvaro y Sergio León. No pudo parar esa tromba el equipo de Oltra y Álex Moreno se hacía un jugadón yéndose de hasta tres contrarios para meterse en el área y allí ser detenido de manera ilegal por Deivid. Arcediano expulsó al central blanquiverde y Sergio León transformaba el primer tanto para los locales. Con Luso temporalmente como central, llegó el segundo apenas tres minutos después y luego de que De Tomás lo probara desde lejos. Un mal despeje del maño terminaba con el balón en los pies de Sergio León, al que Razak pudo detenerle el primer disparo, pero no el segundo. Bijimine entró por De Tomás y la defensa quedaba configurada con un central reconvertido a lateral (Stankevicius), un pivote reconvertido a central (Gálvez) y dos jugadores de Tercera. Visto lo visto, se pensó en lo peor. Pero volvió a aparecer Florin Andone, no sólo para anotar y reducir distancias gracias a una gran acción individual --explotando una de las principales debilidades ilicitanas, el centro de la defensa--, sino para mostrar un rayo de orgullo. A pesar de todos los contratiempos, desde ese instante el Córdoba creció. Y lo hizo, de manera increíble, con el balón. Aparecieron Víctor Pérez, Fidel, Nando --de manera intermitente-- y, por supuesto Florin. Un grave error de Gálvez en la salida de balón pudo significar el tercero y el cierre definitivo del duelo, pero volvió a aparecer Razak (min. 28) y siete minutos después, Arcediano pasó por alto el codazo de Florin a Armando que le abrió una brecha en el párpado. Los blanquiverdes equilibraban, en todo caso, el duelo y lo mejor que se podía decir de ellos es que no se notaba que jugaran con uno menos. Y lo conseguían con el balón en el pie y apelando a sus mejores hombres. Así, una combinación entre Fidel y Florin, con inicio en Víctor Pérez, finalizó con un disparo de Nando que tocó en la parte exterior del poste de Javi Jiménez. La sensación en el descanso era que el Córdoba había ido de menos (o nada) a más y con virtudes: un jugador menos, queriendo el balón para intentar el empate y con un penalti de Florin que Arcediano no vio.

El segundo acto comenzó de manera parecida, aunque el Elche se hacía cada vez más peligroso, ya que pasó de querer el balón a ir dando progresivamente más y más terreno al Córdoba para matar al contragolpe. Rafa Gálvez estuvo providencial ante Álex Moreno (min. 52), Bijimine se quitaba los nervios lógicos iniciales para cortar un avance del siete franjiverde y Razak se marchaba hasta la línea de tres cuartos para desviar con el pecho una contra de Cifu. Lo cierto es que la actitud de los de Oltra fue encomiable, pero intentaron superar demasiadas contrariedades. Xisco se cayó en la previa, Florin corría maltrecho por su tobillo, Fidel se quedó sin fuelle, al igual que Víctor Pérez, mientras que atrás, milagro fue no volver a encajar un tanto más. Pineda 'se expulsó' en el descuento en otra aparición estelar del chileno. Y paradójicamente, en el partido en el que mostró durante unos minutos el mejor juego en Liga, cayó el Córdoba, un equipo que siempre tuvo como coartada el resultado ante la escasez tanto de brillo como de un libreto más amplio en lo futbolístico. Mostró detalles en el Martínez Valero de los que, a poco que se le ayude, podrá evolucionarlos para su fútbol sin renunciar, por supuesto, a los resultados. Pero ver esa defensa y un mediocampo al que se le pueden añadir, claramente, opciones, invitan a que la reflexión obligada de hoy sea más prolongada para lo blanquiverde.