Está claro que algo está cambiando en el Córdoba, sobre todo si se tiene en cuenta que es la primera vez en su historia en la que va a tener oficialmente a un director deportivo y a un secretario técnico en su organigrama técnico. Pero desde su regreso a Segunda hace ocho años, la planta dirigente en asuntos deportivos en el club blanquiverde ha vivido muchos vaivenes, sobre todo en su última época. Empezando por aquel 2007, Emilio (seguía conservando su nombre de guerra en el césped) era secretario técnico con un director general, Rafael Rojas, que chocaba en ocasiones en ocasiones en sus atribuciones con el leonés y con gente en el club como Nandi o Juan Luna Eslava, que desarrollaban labores para la cantera y de ojeo de rivales y posibles fichajes. El de Bembibre dimitió en enero del 2009 después de un empate en casa ante la Real Sociedad y Pedro Campos recomendó a Campanero que fichase a Javier Zubillaga como secretario técnico. El riojano aportó un estilo muy peculiar a la hora de la confección de la plantilla y su trato con Lucas Alcaraz, técnico de entonces, aunque no es menos cierto que también demostró una gran capacidad de trabajo. El proceso de venta y los meses previos a ésta acabó con su corta etapa como blanquiverde, viviendo momentos de cierta tensión con los dirigentes de entonces. El cambio de dueño de la mayoría accionarial trajo a la secretaría técnica a Juan Luna Eslava, recomendado a Carlos González por Rafael Campanero. Y ahí comenzó una etapa de actuaciones transversales y decisiones corales. El presidente trajo, por ejemplo, a jugadores como Borja García o Patiño, mientras que el de Fernán Núñez hizo lo propio con López Silva o Caballero y se empeñó como nadie en López Garai hasta que lo logró. Ya sin Jémez, Luna fue perdiendo margen de trabajo en detrimento del presidente hasta el punto de salir de la secretaría técnica en mitad de la temporada 2012/13.

Esto último dio paso a una etapa de casi 10 meses en la que no había ninguna persona ocupando oficialmente un cargo de responsabilidad en el apartado deportivo del club. Tan solo el asesor Cándido Cardoso, quien era negado por el presidente unos años antes y del que, sin embargo, se anunció su no continuidad en la web oficial. En diciembre del 2014 llegó Pedro Cordero para la vacante: tocó la plantilla lo que la economía permitió, poco, y también intervino en la decisión de la llegada de Ferrer. El descenso a Segunda le costó el cargo, a pesar de que la intención inicial en el club era continuar e incluso prolongar el contrato. Hoy por hoy, con el regreso de Vega, el club tiene además de director deportivo, secretario técnico (Keke Durán), coordinador de cantera (Albert Puig) y hasta director de una ciudad deportiva (José Antonio Romero) que hoy por hoy no existe.