Del dulce sueño a la triste y dura realidad. Cuando aún se disfrutaba de los efluvios canarios salió el calendario en Primera, en el que el Córdoba aparecía por primera vez en 42 años. Y señalaba un duelo en mayo en El Arcángel, a pocas jornadas del final liguero. Y todos soñaron, todos soñamos. El Barcelona debía estar jugándose el título y el Córdoba peleando la permanencia o quizás, quién sabe, realizando una campaña de la que hablarían todos, como sorpresa del campeonato. Los azulgranas, como siempre un valor seguro, cumplieron con esa parte del sueño. El que está incumpliendo es el Córdoba.

Porque esta tarde, los blanquiverdes pueden decir un adiós seguro a la Primera División, algo que solo pueden evitar si puntúan a la heroica y repiten la histórica tarde del 72. Quizás porque se ve imposible y también porque el Barcelona estuvo hace tres años en la ciudad (podría influir), a la expedición azulgrana fue a recibirla apenas medio millar de aficionados, muy lejos de lo ocurrido, por ejemplo, con el Atlético de Madrid o, sobre todo, con el Real Madrid. El devenir del primer equipo de la ciudad ha marcado la euforia o la decepción y, claramente, la recepción hecha a los catalanes es síntoma de los malos momentos que vive el fútbol en blanco y verde.

Otro dato no menos importante es el del ritmo de venta de entradas para el encuentro de esta tarde. Con el máximo rival azulgrana se desató la locura y El Arcángel registró una entrada espectacular. Era aquel mes de enero en el que el sueño en blanco y verde parecía tomar cuerpo en forma de salvación. Luego llegó el febrero loco y tras él, el desastre de marzo. El resto de la historia ya se conoce, pero el rendimiento de este Córdoba en Primera ha influido mucho en la respuesta de la afición, que en este caso, apenas ha retirado unas 14.000 localidades para el encuentro de hoy ante el líder, cuando en condiciones normales, si aquel sueño de verano se hubiera cumplido, el papel hubiera estado agotado desde hace una semana. Por lo tanto, será complicado que El Arcángel se llene, por muy buena respuesta de última hora que pueda dar la provincia y aficionados (azulgranas, por supuesto) de localidades limítrofes. Si ya ocurre cuando el Barça se enfrenta a otros rivales de más enjundia a lo largo del campeonato liguero, ayer, siendo este Córdoba colista en la tabla, se repitió la historia con más descaro. El adversario de los catalanes, esta tarde, parecía no existir para muchos medios a nivel nacional. Algo dolorosamente lógico, a pesar de que el encuentro se verá en casi 160 países. Pero son algunas de las consecuencias derivadas del ocaso al que llegó este Córdoba desde hace ya muchas semanas, demasiadas, lo que ha abocado a que el encuentro que se preveía como ‡2el partido del siglo‡1 en la ciudad y provincia se haya convertido, tristemente, casi en un trámite. Un trámite que le llevará a Segunda, a no ser que la historia dé otro giro como hace 43 años y el Córdoba le complique la Liga al Barça.