Luis Enrique está abriendo un debate. Otro. Este versa sobre su continuidad en el Barça. El técnico no solo no garantiza que seguirá (tiene un año más de contrato), sino que rechaza pronunciarse, abonando la incertidumbre de que pueda dejar el club azulgrana.

El entrenador asturiano argumenta que es un asunto que debe decidirse a final de temporada, cuando se haga inventario del rendimiento del equipo. Tiene otro argumento tan o más poderoso que ese y que ha esgrimido también este lunes, en la sesión previa al partido frente al PSG: "Estoy centrado en la eliminatoria de la Champions, que es lo único que puedo controlar".

Luis Enrique también fomenta la prudencia pese al claro resultado de la ida de los cuartos de final (1-3). "La dificultad radica en que el rival viene a gestionar la eliminatoria sin ninguna reserva", ha indicado. Es decir, a la desesperada, en busca de un milagro. Y con refuerzos que aumentan el listón del equipo: las reapariciones deIbrahimovic y Verratti, ausentes en la ida por sanción.

No le preocupan, en cambio, los distintos escenarios de juego que se pueda encontrar porque el Barça, ha dicho, se prepara para todos. Prevé que "habrá momentos en los que vamos a sufrir y momentos en los que podremos cerrar la eliminatoria". Esta vez no ha pedido la ayuda del público como hizo frente al Valencia, que acudió el sábado al Camp Nou con la ventaja de haber podido preparar mejor el partido que el Barça y con menor cansancio.