Los 30.000 botellines de agua mineral que se repartieron en los catorce puntos de avituallamiento, o los 15.000 litros de bebida isotónica y los 4.000 menús que se sirvieron tras la carrera a los deportistas en una gran carpa militar en El Arenal, son cifras a las que se pueden sumar las de los doscientos voluntarios y seiscientos militares que participaron en la organización, y que hablan de un evento deportivo que, en sus once años de vida, va a más en cada edición.

La Maratón MTB y Trail Brimz Guzmán el Bueno X Sierra Morena congregó ayer a cerca de 4.000 participantes, que sudaron y hasta sufrieron las duras condiciones

de algunas partes del trazado, pero sobre todo disfrutaron.

En la línea de meta, numeroso

público, entre los que abundaban familiares y amigos de los ciclistas y atletas, los recibían como héroes. Como si cada uno de ellos encarnase el espíritu de superación y entrega del que hace gala la brigada que da nombre a la competición. Entre el gentío, los militares destacaban con sus boinas y sus trajes de campaña moteados de tonos marrones, yendo de aquí para allá entre las carpas y tiendas levantadas por la organización en El Arenal.

Tributo al cabo Soria

Todos juntos, militares, deportistas, voluntarios y los aficionados que se dieron cita en

la salida, compartieron al inicio de la carrera un minuto de silencio. Un sencillo y simbólico acto que no podía pasar desapercibido en esta crónica sobre la jornada de ayer, para recordar al cabo Francisco Javier Soria, integrante de la Brigada Guzmán el Bueno, fallecido el pasado 28 de enero en misión de paz en el Líbano.