Lo que completó ayer bajo la tormenta de La Molina (Gerona) el vasco de 21 años Lucas Eguibar tiene mucho mérito. Con pocos medios, la mitad de entrenamiento en nieve que los otros equipos punteros y la imposibilidad de buscar el blanco elemento en otros continentes por falta de dinero, el rider donostiarra se proclamó campeón de la Copa del Mundo de snowboardcross, esa espectacular modalidad en la que los competidores bajan en grupos de cuatro o de seis en eliminatorias sucesivas hasta llegar a la final en una pista llena de curvas, peraltes, saltos y dubbies .

Luki hizo buena ayer la ventaja que llevaba de las pruebas anteriores en Veysonnaz (Suiza) --donde logró un primer y un segundo puesto-- y le bastó una novena posición para llevarse a San Sebastián el tradicional globo de cristal que acredita cada año al campeón de todas las modalidades de nieve en la competición de la regularidad. Eguibar cayó eliminado en los cuartos de final, pero su ránking le permitió ser el mejor de los no semifinalistas, lo que unido a los errores de sus rivales le dio un título sin precedentes en los deportes de invierno. Ningún español había ganado nunca la clasificación general de una Copa del Mundo.

El éxito ha llegado de la mano de un reducido equipo español, entrenado por el barcelonés Israel Planas, que ha tenido que adaptarse a las paupérrimas condiciones que lo rodean y que han excitado su imaginación. Los entrenamientos en seco han sido básicos. "Hacemos visualizaciones de carrera, pero sin movernos de casa o del hotel", explica Eguibar. "Nos ponemos en posición de snowboard sobre la cama, que es más inestable que el suelo, y vamos haciendo los movimientos de la carrera. A veces también me entreno en el gimnasio aprovechando la inestabilidad de los bossus, esas semiesferas plásticas, para trabajar el equilibrio".

De la cama y del gimnasio, al estrellato. Ese ha sido el camino del rider donostiarra, al que Planas elogia. "Viene del esquí, y se nota. Tiene una cualidades físicas importantes, piernas muy fuertes y es muy reactivo. En competición mantiene una gran tranquilidad y control sobre todos sus rivales", define el técnico al nuevo campeón.