Calidad, sí, pero si se la deja fluir. El debate se abrió no hace muchos años. La FIFA mandaba una directriz a los árbitros en la que se aconsejaba la necesidad de tener mayor celo con los jugadores más desequilibrantes y las infracciones que provocaban por parte de los rivales en un terreno de juego. Intentar reducir la reiteración en las faltas vía amonestaciones o aumentar la severidad cuando el receptor de una falta aparatosa fuera un jugador especialmente señalado por su calidad. Parece que al menos vale para los equipos grandes de la Liga, en donde el debate prácticamente ya se ha dado por finiquitado: se asume que los jugadores que acaparan los principales focos se encuentran más que protegidos. Da la sensación que para el resto habrá que esperar.

Al menos, eso se desprende de lo acontecido en el Córdoba con Fede Cartabia. El argentino comenzó a dar muestras de cierta desesperación con las actuaciones arbitrales a partir de Almería. Acapara el juego de ataque del equipo y es controlado por los equipos rivales con especial celo. A medida que han ido transcurriendo las jornadas, el enfado del mediapunta blanquiverde ha ido creciendo, mostrándolo en cada encuentro vía queja al árbitro. La reiteración de faltas que sufre, muchas de ellas sin señalar, parece que va colmando la paciencia del mejor jugador del Córdoba en su regreso a Primera y el pasado domingo, en el Martínez Valero, se vivió el enésimo episodio, aunque en esta ocasión más que llamativo. Corría el minuto 70 y en una internada pegado a la cal Mosquera salía a su encuentro extendiendo el brazo derecho, que impactó en la boca de Fede Cartabia, cayendo este al suelo. Hernández Hernández ni tan siquiera pitó falta, en lo que era además una clara amonestación. No quedó ahí la cosa. El jugador blanquiverde le mandó un recado al colegiado canario, que hizo caso omiso. Iñigo López echaba la mano por encima del hombro a su compañero, intentando que olvidara lo ocurrido, pero Cartabia se fue de nuevo para el colegiado y le demostró a Hernández que Mosquera le había partido el labio. No hubo nada que hacer.

Visto lo visto, Djukic se decidió entonces, y por esa circunstancia, a hacer el primer cambio, retirando a Cartabia (autor del segundo gol) para dar entrada a Fede Vico. Posteriormente, el técnico reconoció que la sustitución fue para "evitar que lo expulsaran", ya que veía a su jugador con el calentón, por otra parte más que lógico.

Fede Cartabia, con 35, es el tercer jugador que más faltas recibe en el campeonato liguero, solo por detrás de Lucas Vázquez, del Espanyol, con 42, y de Carlos Vela (Real Sociedad), con 39. Ha recibido una falta más que Neymar y promedia más de tres por encuentro. De las que se le han señalado, lógicamente. Las demás, como la ocurrida en el Martínez Valero, no solo quedan en el limbo, sino que persiguen limitar la capacidad del rival para desequilibrar el encuentro. Y Cartabia, minutos antes y en encuentros anteriores, ya había demostrado sobradamente su capacidad para el desequilibrio.