LUNES24

Fútbol

PRIMERA DIVISION

Granada-Almería (20.45, Canal + Liga).

MARTES25

Fútbol

LIGA DE CAMPEONES

Apoel-Barcelona (20.45, La 1). Shakthar-Athletic de Bilbao (20.45, Canal + Liga de Campeones).

MIERCOLES26

Fútbol

LIGA DE CAMPEONES

Atlético de Madrid-Olympiakos (20.45, Canal + Liga de Campeones) y Basilea-Real Madrid (20.45, Canal + Liga de Campeones).

SABADO29

Fútbol

PRIMERA DIVISION

Málaga-Real Madrid (20.00, Canal + Liga).

DOMINGO30

Fútbol

PRIMERA DIVISION

Atlético de Madrid-Deportivo de La Coruña (12.00 horas, Canal + Liga), Córdoba-Villarreal (19.00 horas, Canal + Liga) y Valencia-Barcelona (21.00 horas, Canal + 1).

Una dejada de revés cortado a un metro de la red. Una bola inalcanzable. En el primer match ball. Un golpe genial conseguido con esa raqueta que parece una varita mágica cuando Roger Federer la esgrime sobre una pista de tenis. De esa forma inapelable, Suiza conquistó su primera Copa Davis. No podía ser de otra forma. La ensaladera merecía tener inscrito el nombre del más grande de los tenistas y Federer no podía acabar su carrera sin cerrar su palmarés con un triunfo para la gloria de un campeón que lo ha ganado todo.

Demasiadas veces había dejado de lado Federer la Davis para asumir otros retos. Sin un equipo sólido cuando comenzó a jugarla en 1999, el exnúmero 1 se había limitado a acudir en momentos puntuales para evitar el descenso del Grupo Mundial. Pero 15 años después, Federer era consciente de que era el momento con la ayuda de Wawrinka.

En el estadio Pierre Mauroy de Lille, con todo preparado para la celebración francesa, al fin pudo vivir un éxito que parecía que se le escaparía con 33 años. Y eso que Federer llegó a Francia con las dudas provocadas por una lesión de espalda que le impidió jugar la final del Masters una semana antes. Días complicados por el enfado de Wawrinka con su mujer, Vavrinek, en las semifinales de Londres. La derrota encajada el viernes en la primera jornada ante Monfils no le ayudó a recomponerse.

El primer punto ganado por Wawrinka ante Tsonga fue clave para evitar la debacle suiza. El doble del sábado, con Wawrinka, permitió a Federer creer que levantar la ensaladera era posible ayer, sobre una tierra que el primer día le impedía moverse en la pista.

Pero el exnúmero uno mundial voló ayer, con una lección de golpes ante Gasquet --sustituto del lesionado Tsonga--, que fue un espectador de lujo en primera fila del éxito de Federer. En una hora y 52 minutos, en tres sets (6-4, 6-2, 6-2), el número uno suizo dio un recital de tenis: el doble de golpes ganadores que su rival (62 contra 34), apenas 24 errores no forzados, un 84% de efectividad en el primer servicio (7 aces y 13 puntos directos de saque) y un juego en la red parecido al de la hierba de Londres.

Probablemente para Federer era la última oportunidad de conquistar la ensaladera. Y lo hizo a lo grande. En una pista de tierra montada para perjudicar su juego, ante más de 27.000 espectadores (nuevo récord de la competición), con todo en contra menos su juego. Un tenis implacable le brindó un éxito que añadir a los 17 Grand Slam que jalonan la carrera excepcional de un tenista ya legendario. "He ganado muchas cosas en mi carrera, no necesitaba esto para decir que ya he marcado todas las casillas. Este va por los chicos", dijo en referencia al equipo.

Federer no reprimió las lágrimas tras la victoria y tampoco se olvidó de la aportación de su amigo Stan, al que no soltaba del cuello durante la entrega de trofeos. Sin Wawrinka, seguramente ni Federer ni Suiza habrían ganado aún la Davis. "No puedo agradecerle lo suficiente el esfuerzo que ha hecho".