Una plaga de ausencias ha sacudido a los defensores del título. Tan solo dos de los campeones olímpicos hace dos años en Londres (Anthony Davis y James Harden) vuelven a lucir las barras y estrellas de su país. Lo que sería una hecatombe para cualquier equipo no los es para EEUU: ocurrió lo mismo en el 2010 cuando, con un equipo totalmente nuevo, se coronó en Turquía. Pese al aluvión de bajas entre lesiones y renuncias, el coach K ha reunido un bloque 100% NBA rebosante de talento y hambre.

Lebron James, Kobe Bryant, Carmelo Anthony, Andre Iguodala, Chris Paul y Russell Westbrook se habían ido borrando por el camino. Pero lo peor llegó a menos de un mes para empezar el torneo, cuando en una semana se sumaron la lesión de Paul George y las renuncias de Love y Griffin. La puntilla la puso Kevin Durant, MVP de la NBA y el símbolo de la selección, al bajarse del tren justo tras anunciarse sus nuevos acuerdos publicitarios. El dinero de los suculentos contratos ha pesado, para muchos, más que el oro mundialista, obligando al coach K a presentar un equipo prácticamente nuevo, como hace cuatro años.

Con tantas ausencias, la figura Rose ha emergido como el líder de una selección con muchísimo potencial. El base, que será compañero de Pau Gasol en Chicago la próxima temporada, ya se coronó campeón del mundo después de haber sido elegido rookie del año en el 2010.

ROSE BUSCA REIVINDICARSE Al año siguiente era elegido MVP de la NBA del 2011 con tan solo 22 años. Su tremenda progresión se vio truncada en abril del 2012 por una lesión en el ligamento cruzado de la rodilla izquierda que le tuvo un año y medio fuera de las pistas. En octubre del 2013, tan solo 10 partidos después de su esperado retorno, era la otra rodilla, la derecha, la que se volvió a doblar y tuvo que volver a pasar por el quirófano. Ahora, con 25 años y curtido por esos dos reveses, ha vuelto a las pistas dispuesto a recuperar el tiempo perdido.

Junto a él, una tropa de veinteañeros (Rudy Gay es, con 28 años, el veterano) con ganas de demostrar que el futuro de la selección y de la NBA está en sus manos. El perímetro está repleto de locos bajitos, como el estiloso Stephen Curry, el eléctrico James Harden (la barba más famosa de la NBA), el francotirador Klay Thompson (un triplista implacable) o el talentoso Irving, jugón de aúpa.

Si los bajitos pueblan la línea exterior, la apuesta dentro ha sido músculo y centímetros como antídoto contra los Gasol e Ibaka. Aparcada la fórmula de un alero (Durant, Carmelo y hasta Lebron) reconvertido como cuatro, Davis, DeRozan, Cousins, Faried, Drummond y Plumlee se antojan como un enorme muro interior que solo los más intrépidos serán capaces de franquear. En los partidos de preparación, que EEUU ha solventado con una media de 29 puntos de renta, ya han apuntado que la defensa y el equilibrio exterior-interior serán dos de las principales virtudes de la tropa que comanda una vez más Mike Kryzewski. "Queremos que se nos conozca como el winning team ", comentó el técnico antes de estrenarse hoy en Bilbao ante la emergente Finlandia (21.30 horas). Dos oros olímpicos y uno mundial avalan el trabajo técnico de Duke, zorro viejo de esos que también suman puntos de banquillo. Los finales olímpicas en Pekín y Londres ante España se decidieron en la recta final y por detalles.

Hay quien piensa que, con las ausencias en EEUU y el factor pista a favor, a la tercera será la vencida para los Gasol, Navarro y compañía. Pero, como decía Rudy Tomjanovich, "nunca subestimes el corazón de un campeón".