Parecían un funeral las entrañas de El Arcángel hasta que apareció Pedro, que despertó una sonrisa a todos los presentes cuando pasó al lado de Juan Carlos y besó su cabeza. El portero estaba siendo entrevistado, pero eso no le importó al goleador, que mientras se alejaba continuaba con la broma. "¡Juan Carlos, guapo!", gritó en dos ocasiones. Contagió a todos los que allí se encontraban. Antes lo había hecho a los 9.000 espectadores que presenciaban el partido con un golazo. "Traté de zafarme del defensor con un movimiento para ganar algo de espacio y cuando lo conseguí, disparé. Fue una especie de centro chut, pero eso da igual, lo importante es que entró". La pena para su equipo es que solo sirvió para sumar un punto, al que colaboró en la misma proporción Juan Carlos, que con un mano a mano prodigioso evitó el segundo tanto del Mirandés. "El portero está para eso, para pararla, pero los que están delante son los que corren para que el que llegue a mi portería esté cansado; es mérito de todos", reconoció.

De haber ganado, el Córdoba estaría metido en play--off , de ahí el malestar de los jugadores, que a su vez eran conscientes del valor del punto. "Se te queda un mal sabor de boca porque de haber conseguido la victoria hubiera sido la cuarta seguida, algo que nadie ha hecho en la categoría. Hemos estado mejor con el balón y el equipo va creciendo poco a poco. Hay que seguir en esta línea. Conseguir un punto en esta categoría tan igualada es importante". Juan Carlos no cree que hayan disminuido las opciones de jugar las eliminatorias. "Lo veo igual que hace cinco semanas; hay que pensar en el Barcelona B, y nada más".