La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es, en la crisis y momentos difíciles, donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera las crisis se supera a sí mimo sin quedar superado. (Einstein).

Sin momentos difíciles no hay desafíos, sin desafíos el fútbol es una rutina, una lenta agonía que da pie al desánimo y exalta al conformismo. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno. Es hora de trabajar duro y acabar con las dudas y la presión que amenaza al grupo cada semana. Es la hora de saber afrontar y saber competir este último tramo del campeonato, donde al final del mismo los mediocres quedarán en campo de nadie; los que no han sabido competir, adaptarse, y ser regulares quedarán en el ostracismo más absoluto de la Segunda B, y los atrevidos, constantes, con mentalidad ganadora, capacidad de respuesta en situaciones difíciles y que han conseguido ser una piña en el trabajo serán los que compartan la gloria con sus aficionados al final de temporada.

El Córdoba CF esta inmerso en un proceso donde tiene que hacer frente a una liga particular que le va a exigir que el equipo juegue su particular partida de ajedrez en la que debe ir moviendo piezas para intentar distraer a los adversarios, entregando una torre para después llegar por el otro lado con un alfil y tratar de hacer jaque a sus competidores. Todo ello debe ir acompañado de una gran dosis de trabajo, inteligencia dentro del terreno de juego, unión y apoyo por parte de todos y, por supuesto, mantener hasta la última jornada la misma regularidad de las últimas jornadas, especialmente como visitante (un equipo debe ser regular en casa, y es como visitante donde se debe ganar el campeonato).

Cuando viajo para hacer el análisis de los equipos rivales de Champions, en cualquier país de europa, desde el palco suelo observar en el descanso y final del partido la unión y la complicidad a nivel de club que existe entre aficionados, consejo de administración y exjugadores. El club los muestra con gran orgullo como la imagen de la entidad y ejemplo que deben seguir los mas jóvenes por todo el territorio nacional e internacional (el Córdoba CF debería tomar nota), a la misma vez que aprendo, sinceramente, me provoca envidia sana. ¡No es tan difícil conseguirlo en el club de nuestra ciudad! Siempre es bueno aprender de los mejores llevando sobre la espalda la mochila de la humildad y predisposición para dar lo mejor de cada uno. Al final siempre saldrá beneficiada la entidad.

Para que un equipo consiga el objetivo debe jugar bien. Y me pregunto: ¿Qué es jugar bien? Para empezar a jugar bien hay que posicionarse dentro del terreno de juego. Una vez posicionados, el equipo comienza a hacer uso del espacio y de los tiempos del partido, ver cómo reparten los espacios, los esfuerzos y cómo manejan las pausas y tiempos. No siempre los buenos equipos juegan a la misma velocidad y no siempre se juega lento en distintos lugares del terreno de juego, y no siempre los movimientos de presión deben ser los mismos, y no siempre el jugador más destacado es aquel que realiza la mejor jugada en ataque, posiblemente el defensa que quedo encargado de realizar vigilancias ofensivas sea partícipe (dio buen equilibrio defensa-ataque a su equipo).

Al final de todo el jugador es el que tiene que resolver dentro del terreno de juego las distintas situaciones imprevistas que siempre aparecen en un partido. En Psicología se habla mucho del "punto de no retorno" aquel que a partir del cuál el desencadenante es inevitable antes de producirse, y si decides volver atrás sería peligroso. Una vez que tomas la decisión y ejecutas la acción, ya no hay vuelta atrás. Es el jugador el que decide, es el mas importante, el que debe poner sus valores al servicio del equipo: fuerza del grupo, unión, disciplina, generosidad en el esfuerzo, mentalidad ganadora, capacidad de superación, inteligencia etc...

Un entrenador decía: "El fútbol es un juego simple basado en dar y recibir pases, en controlar la pelota y colocarte en disposición de recibir un pase. Es terriblemente simple. Lo importante y fundamental es pasar la pelota al compañero que lleve tu misma camiseta y no al contrario. El balón aunque lo maltrates, siempre volverá a ti y nunca se cansa". ¡Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos!