No sabía muy bien Villa cómo explicar lo sucedido. El mayúsculo enfado que tenía en el césped no se trasladó a la sala de prensa, donde se mostró más comedido y calmado. "En la primera parte no hemos estado bien, nos ha faltado intensidad en la salida del balón y estuvimos mal con el trío Planas, Espinosa y Dani Nieto. Poco a poco hemos ido a mejor --continuó con su análisis del partido--, pero nos pilló el gol. En la segunda parte, con las variantes que hemos metido, mejoramos bastante. Tuvimos muchas situaciones y al final, lo que ha pasado en los últimos minutos, según me dicen, es que (el árbitro) ha compensado un error con otro. Nos ha faltado ser más listos en esa jugada --lamentó--, porque tengo la sensación de que la intención del árbitro era compensar lo que había sucedido. Nos llevamos una derrota dura pero hay que levantarse", advirtió.

Villa reconoció la superioridad del filial en el primer acto, pero a su vez recordó las complicaciones por las que está pasando su plantilla. "Ellos han dado más sensación de peligro en la primera parte y hemos decidido mal en tres cuartos. Estamos en una situación difícil, con mucha gente joven, pero siempre hay que transmitir mensajes positivos y la única medicina es trabajar".

El entrenador lanzó varios mensajes en una misma frase. "Hay que ser muy positivos en esta situación difícil, con dos derrotas, esta en casa, y sabiendo que para Navidad habrá gente importante a la que no vamos a poder recuperar, por lo que hay que estar unidos. No tengo nada que reprochar a los jugadores, el máximo responsable soy yo".

Al técnico se le preguntó si con la plantilla que tenía era suficiente para lograr el objetivo del ascenso o si era necesario fichar. Villa no contestó que sí ni que no. "No lo sé; mi único pensamiento es entrenar muy fuerte la próxima semana y competir de manera brutal en La Romareda. No me pongo a pensar en mucho tiempo adelante porque no hay pensamientos futuros, solo presentes, y las valoraciones que se hagan no son de mi competencia. Yo únicamente lucho y trabajo con mis jugadores. Tengo fe en ellos hasta que me demuestren lo contrario, y como no me lo demuestran, seguiremos luchando". Por último, volvió a reiterar su culpa. "Un entrenador es el que tiene que levantar el ánimo a los futbolistas y lo voy a hacer con todas mis fuerzas. La sensación de responsabilidad es única y exclusivamente mía".

Por su parte, el técnico del Barcelona B, Eusebio Sacristán, pidió perdón por su comportamiento después del gol del Córdoba, tras el que fue expulsado. "Por el trabajo que habíamos hecho, merecíamos el triunfo y de ahí mi cabreo, pero pido disculpas por mi reacción. Todos tenemos que tomar decisiones en momentos determinados y no es fácil, podemos cometer errores, y tenemos que entenderlos y saber controlarnos".