El Real Madrid sumó ayer su decimosexta victoria (72-56) seguida a costa de un peleón Estudiantes, al que el partido, el centésimo clásico desde la creación de la ACB, se le hizo muy largo y que queda hundido en el fondo de la clasificación de la Liga Endesa. El cuadro blanco lleva 15 triunfos esta temporada entre el campeonato nacional, la Euroliga y la Supercopa, más el último ante el Barcelona de la final del curso pasado. Total, 16.

El Estudiantes sorprendió en el primer cuarto y primero con Ivanov, siete puntos seguidos, y Colom, extraordinario en la dirección y la defensa, y, posteriormente, con Nogueira y un sobresaliente Kuric, increíble su última canasta de este periodo girando con dos defensores encima llegando al descanso perdiendo solo de dos (37-35).

En la reanudación los locales ampliaron la ventaja 45-37, en el minuto 15, y 47-37, en el 16. Un triple de Jaime Fernández cortó el parcial de 12-2 del Madrid para devolver al Estudiantes a la pelea en un choque que empezaba a ser una locura, pues cada ataque de cualquiera de los dos equipos era una canasta.

El cuarto decisivo permitía a los visitantes tener ciertas esperanzas. Fue un espejismo porque tres triples, uno de Rudy y dos de Rodríguez, dieron 17 puntos (65-48) de ventaja al cuadro de Pablo Laso.