Ante el mismo problema, idéntica solución. La propensión a sufrir lesiones en un determinado grupo muscular no es nueva, por desgracia, en el caso de Leo Messi. El episodio anterior sucedió en el 2008 y la frecuencia de las dolencias se interrumpió drásticamente. Hasta ahora. La estrella ha decidido seguir el exitoso procedimiento de hace un lustro. Ha elegido el mismo especialista, que llegó ayer a Barcelona, recibido por Jorge Messi, el padre, para recuperarse. El Barça bendice la decisión del futbolista, aunque haya recurrido a personal externo de los servicios médicos. La prioridad es recuperar al Messi del 2008 al 2013.

La fórmula consiste en repetir, básicamente, el protocolo que se siguió a partir del 4 de marzo del 2008, cuando a los 38 minutos del Barça-Celtic de Glasgow, desolado y desesperado, junto al banquillo de Frank Rijkaard, Messi caía y se retiraba hacia los vestuarios. Sufría en aquel momento la tercera lesión de la temporada en el bíceps femoral de la pierna izquierda, el mismo que ahora, unos 40 días después de la anterior. Una situación casi idéntica.

SEIS CENTIMETROS Entonces, Messi llamó a Luis García, kinesiólogo, encargado del área biomecánica del Boca Juniors y colaborador habitual con la selección argentina y contó con la colaboración del también fisioterapeuta Marcelo d'Andrea. Ambos ya le trataron de los episodios de roturas musculares que se repitieron y también la fractura del quinto metatarsiano de la campaña anterior (2006-07). La rotura que se produjo en el 2008 midió seis centímetros. Los médicos del Barça pronosticaron "entre seis y ocho semanas" para reaparecer, pero Messi solo tardó cinco: el 12 abril jugó contra el Recreativo. Esta vez, el club no ha precisado el tamaño del desgarro que le obligó a retirarse del campo del Betis; se supone que a idéntica convalecencia, similar rasgadura.

Luis García aterrizó ayer para iniciar el tratamiento. El club acepta la intervención del especialista, a quien avala su buen trabajo anterior con Messi. No solo porque recuperó al jugador y le liberó de la desconfianza que le atenazaba en el campo por miedo a una recaída, sino porque el delantero dejó de entrar en la enfermería. Al cabo de unos meses, con la entrada de Pep Guardiola, se le cambiaron los hábitos de descanso y alimentación, factores que le consolidaron como un futbolista casi indestructible por la nula concurrencia de lesiones.

Los precedentes avalan a García y el Barça no tiene nada que alegar a la voluntad de Messi. "Es normal que él lo pida, es su voluntad, pero todo se hará bajo la supervisión del club. Tenemos la máxima confianza en nuestros médicos y recuperadores", afirmó Toni Freixa, el portavoz de la junta, sin querer entrar en la posición de Juanjo Brau, el fisio de confianza del delantero argentino. Lejos de expresar preocupación por la larga ausencia prevista de Messi (no jugará hasta enero), el Barça se expresa tranquilo por el potencial de la plantilla, que ha consumido casi cuatro meses de competición sin perder. Sin negar "la messidependencia, porque siempre se depende de mejor del mundo", reconoció Freixa, el dirigente se mostró aliviado: "ese defecto lo hemos mejorado, ahora tenemos más recursos". "¿Problema? Ninguno", dijo.