Mathieu Valbuena sentirá escalofríos cuando el próximo martes salte al Estadio de Francia para defender los colores de los bleus contra España. Por las venas de este centrocampista del Olympique de Marsella, nacido en Bruges, al suroeste de Francia, y que se ha convertido en el auténtico motor de la selección francesa, corre sangre española, la de su padre, Carlos, nacido en Valladolid.

Valbuena reconoce que jugar contra España "es algo muy especial". En octubre pasado, cuando se enfrentó a la Roja en el Vicente Calderón, se le puso la carne de gallina al medirse contra el equipo que su padre le mostraba con orgullo cuando era niño. "Fue un momento especial, siempre he seguido mucho a la selección española, mi padre me hablaba constantemente", asegura el menudo futbolista.

Sin embargo, esa proximidad con la selección española no le impidió trabajar para su país. Su salida en el segundo tiempo cambió por completo el guión de un partido que, en la primera mitad, había estado dominado por los hombres de Vicente del Bosque, que se marcharon al vestuario con ventaja en el marcado gracias al tanto logrado por Sergio Ramos.

Apoyados en el dinamismo de Valbuena, los de Didier Deschamps se hicieron con el control del partido y disfrutaron de varias ocasiones para lograr el empate, que llegó en el descuento de la mano de Olivier Giroud. Valbuena volverá a olvidar sus orígenes el próximo martes ante España.