El entrenador del Real Madrid, el portugués José Mourinho, agradeció el respaldo de su ex jugador del Inter de Milán Pandev en las acusaciones de desvío de votos en la elección a mejor entrenador del mundo y sembró de dudas su futuro. En la presentación de una exposición inaugurada ayer en Setúbal (sur de Lisboa) por sus 50 años, Mourinho aclaró que su incomparecencia en la gala de Zúrich no se debió porque no fuese a ganar.

Mourinho, con contrato en el Real Madrid, abordó enigmáticamente su futuro y señaló que no será un drama si no gana la Liga de Campeones este año, competición en la que su equipo está emparejado en los cuartos de final con el Galataray turco.

En su intervención habló sobre su futuro y dijo: "Toda la gente sabe que tengo espíritu aventurero. Para ellos (familia) no es fácil. Vamos ver qué pasa. Después de Inglaterra, Portugal, Italia y España, no es fácil un nuevo destino. Puede ser un destino repetido", señaló. "Hay cosas que pueden estar apunto de pasar y nadie se imagina", apuntó.

Acogido por una excepcional cobertura mediática, el entrenador del Real Madrid certificó que en Setúbal se encuentra "en casa", pues se siente tratado con cariño y respeto. "Me tratan como me gusta ser tratado. Ir por la calle, estar tranquilo, que no me molesten, que me llaman Zé (diminutivo de José en portugués). Sentir lo que soy: una persona normal a la que la vida profesional me llevó a una dirección en la que hacen de nosotros aquello que no somos", manifestó.