No había más remedio que coger el avión hasta A Coruña y aparecer en Riazor para cumplir con el calendario en un partido que aparecía como la antesala al choque decisivo de Copa del martes ante el Barcelona. Con Ronaldo en el banquillo, el Madrid dimitió durante la primera mitad ante el colista, un equipo que no gana desde el 6 de enero, que había encajado 54 goles en 24 jornadas, en las que solo había logrado tres triunfos. No llegó ayer el cuarto (1-2) porque el Madrid reaccionó en la segunda mitad, en la que Mourinho tuvo que echar mano de Ronaldo, zil y Khedira, que estaban calentitos en el banquillo.

Con Florentino soportando el intenso frío en el palco al lado de Lendoiro, presidente del Deportivo, el Madrid se arrastró 45 minutos en una competición que, pese a tener enterrada, no puede despreciar de la forma en que lo hizo en Riazor durante un primer tiempo sonrojante. Pudo salir goleado, pero el Deportivo le perdonó la vida para claudicar después ante la mayor calidad de un rival que sacó el orgullo.

En los cinco primeros minutos, Diego López ya había tenido que ponerse a trabajar por el empuje del Deportivo y los remates de Pizzi y Riki, que dejaron muestras de su capacidad. A ellos se sumó la magia de Valeron para hacer temblar a un equipo distanciado 33 puntos del gallego en la tabla. De las botas del jugador canario nació el tanto del Deportivo en una jugada que terminó con un pase de Pizzi a Riki, que sorprendió a Diego López con un fuerte disparo con la izquierda (m. 35).

DEJADEZ Y FALTA DE FUTBOL Lejos de reaccionar, el Madrid siguió preso de su dejadez y de una ausencia absoluta de fútbol. Pudo pagarlo con el segundo tanto de los locales en un gran recorte de Pizzi a Arbeloa y un posterior disparo que Marcelo despejó de cabeza cuando el balón se colaba (m. 40). Poco después, Bruno Gama obligó a Diego López a realizar una buena intervención, poco antes de que Callejón encontrara a Aranzubia en una de las contadas ocasiones del conjunto blanco.

Algo debió suceder en el vestuario del Madrid porque el equipo intentó cambiar la cara respecto a al primera mitad. Aún así, Mourinho no aguantó más y realizó los tres cambios de golpe. Entraron Khedira, zil y Ronaldo y aquello comenzó a parecerse a un partido con dos contendientes. Un excelente Kaká empató el choque con un buen disparo con la derecha fuera del área (m. 72).

A partir de ahí apareció el Madrid más voraz. Cristiano Ronaldo intentó por todos los medios marcar en el único estadio en el que no lo había hecho aún. Lo impidió Aranzubia con una excelente intervención a un disparo del portugués. La falta de puntería la suplió Cristiano con la asistencia a Higuaín en la jugada del segundo tanto. Marcó el delantero argentino y cambió el curso de un encuentro en el que el Deportivo de La Coruña mereció más.

OTRA EXPULSION MAS Antes del final hubo tiempo para otra expulsión en el bando madridista. Di María desplazó el balón en un saque de falta del Deportivo y vio la amarilla e inmediatamente el árbitro le mostró la segunda al argentino por quedarse justo delante del balón. El jugador madridista se perderá el clásico de Liga ante el Barcelona del 2 de marzo, el más irrelevante que le queda a los blancos en esa montaña que deben coronar en la Copa y la Champions.