LUGAR DE NACIMIENTO Y AÑO TOLEDO, 1940.

TRAYECTORIA FUNDADOR DEL KELME (1980-1991) Y MANAGER EN 1992.

Rafa Carrasco abandonó el puesto de mánager en Kelme disconforme con la política del patrón del equipo, Pepe Quiles, que era partidario de reforzar, sobre todo, el campo médico con el fichaje estrella de Eufemiano Fuentes.

--Usted fundó un equipo que llegó a hacer historia en el ciclismo, pero un buen día, hace ya 21 años, lo dejó todo y se marchó. ¿Por qué?

--En efecto. No jugaron limpio conmigo. Y ahora puedo afirmarlo: en 1992 me dijeron que lo importante para el equipo Kelme, más que fichar corredores, era contratar a un buen médico. Por aquel entonces, Eufemiano Fuentes, que trabajaba en el equipo Amaya, estaba en boca de todos. Era el médico de moda. Mucha gente se lo disputaba. Ahora puedo decir que la operación Puerto, que se juzga estos días en Madrid, comenzó en 1992.

--Durante más de una década usted fue el técnico del Kelme. Hablamos de los años 80. Tendría, sin embargo, a un buen médico en el equipo...

--¡Qué va! Todo lo contrario. Jamás tuve a un médico en nómina. Solo cuando acudíamos a las grandes pruebas, el Tour de Francia y la Vuelta a España, contratábamos a uno, que trabajaba por días. En las rondas pequeñas, cuando un ciclista se caía o enfermaba, acudía al médico de la carrera.

--¿Por qué, entonces, el fichaje estrella de Fuentes?

--Alvaro Pino, que había ganado la Vuelta de 1986, llegó al Kelme en 1991, en su último año como profesional, una temporada en la que tuvo muchas lesiones. El, a espaldas de mí, hablaba con Pepe Quiles, que era el patrón del Kelme. A mí trataba de convencerme, sin éxito, de lo importante que era fichar a un buen médico, porque, según él, a principios de los 90, el mundo del ciclismo estaba cambiando y nosotros nos habíamos quedado anticuados.

--Y llegó Fuentes y usted se fue.

--Sí. Cuando supe que lo habían fichado dije que yo no tragaba con ello, porque Fuentes era algo más que un médico. Era él quien mandaba en el equipo. Tenía mucho más poder que el director, que era Pino, a quien ayudaba, como segundo, Vicente Belda. Llegó un día en el que Quiles me dijo que la clave era fichar a un médico como Fuentes y me fui. Me desvinculé por completo de un proyecto ciclista que yo había creado pero donde ya no me sentía a gusto.

--¿Qué se decía por aquel entonces?

--Pues cuando ya se negociaba la incorporación de Fuentes se decía que su éxito era que de borricos hacía caballos de carreras. A mí ese ciclismo no me interesaba.

--¿Cuáles fueron las condiciones de Fuentes a principios de los 90?

--Supe que iba a tener unos privilegios especiales como médico del Kelme. Se aceptó que tuviera un sueldo y un plus de dinero para comprar medicamentos sin facturas. El puso las condiciones y el equipo las aceptó. Durante los años en el Kelme también fue asesorando a corredores de otros equipos, lo que quedó en evidencia, más tarde, en el 2001, cuando se supo que era médico de Angel Casero, ganador de aquella edición de la Vuelta con el Festina, a pesar de que el líder del Kelme, que también peleaba por el triunfo final en la ronda española, era Oscar Sevilla.

--A su juicio, ¿comenzaba ya a estar en duda la imagen del Kelme?

--Siento una pena terrible por la imagen del Kelme, cómo empezó y cómo terminó. Yo no vi nunca a Fuentes en acción, pero sí sabía cómo era su forma de trabajar, cómo tenía a particulares en su entorno que utilizaba, por aquel entonces, para que le llevaran cosas. No me interesaba. No me echaron. Me fui yo porque jamás habría aceptado a Fuentes como médico de mi equipo.

--¿Y cuánto ganaba en esa época?

--A mí no llegaron a decírmelo porque me opuse a su fichaje. Si sé, por los contactos que tenía en el equipo, que con el paso del tiempo Pino y Fuentes se distanciaron por culpa del poder de este último. Fuentes fue determinante para que Pino dejara la dirección del Kelme y lo sustituyera Belda. Se convirtió en el equipo ciclista con más médicos.